viernes, 16 de junio de 2017

Lertutxe

En ocasiones no es necesario irse muy lejos para disfrutar de un paseo mañanero y descubrir lugares diferentes. Un buen ejemplo es el del embalse de Lertutxe (Lertutza según el mapa) y sus alrededores, una pequeña vaguada que pasa inadvertida casi desde cualquier punto, encajonada entre carreteras, a los pies del campus de la UPV en Leioa, y a muy pocos metros del casco urbano de esta localidad. A decir de los entendidos, el paraje tiene cierto interés ornitológico y permite un entretenido paseo, entre prados y pequeñas manchas de bosque.

                DISTANCIA: 3,7 km. 
            DESNIVEL: 60 m. (20-80)
DIFICULTAD: Ninguna 1 (0-0-1) Dificultad de tránsito
ITINERARIO  (circular)  Inicio y final: Bº Mendibile (Leioa)
            VIAS: Carretera, senderos
ACCESOS: Desde Bilbao, por la BI-637 en dirección Getxo, en la recta de La Avanzada (Avda. Iparragirre) tomamos la vía lateral. En la primera rotonda tomamos la calle Mendibilarri hacia los bloques de viviendas y giramos después a la derecha en subida, hasta llegar al aparcamiento, junto a la carretera hacia Santsoena y el parque. Bizkaibus A-3414 (Termibus) parada Donibane-Conservatorio
TRACK: Wikiloc
Más información:
http://www.mendiak.es/foro/viewtopic.php?t=39732 (recorrido más o menos inverso)
Guía Cartográfica de Bizkaia Mapa 15



Parque de Mendibile
Al lado del aparcamiento al que hemos llegado se encuentra un pequeño parque, con un caminillo que asciende hacia la carretera que lleva al barrio de Santsoena. Accedemos a esta vía, siempre en suave ascenso, buscando el primer desvío. Muy cerca -un poco más abajo del parque- se encuentra el palacio Mendibile, dedicado a la promoción del txakolí de Bizkaia. Al fondo, tras los bloques de viviendas, asoman las cimas más cercanas al oeste de la ría, desde el Ganeko hasta los montes de Triano.

VARIANTE: Lo que viene a continuación es en realidad un pequeño atajo para no circular siempre por asfalto. Si queremos una travesía más tranquila, no hay más que seguir carretera arriba y tomar el primer desvío a la derecha. A este segundo camino asfaltado llegaremos siguiendo la ruta que se indica a continuación.

Sendero y arroyo
Encontramos el desvío atravesando un vallado (derecha), siguiendo luego campo a través, en bajada, hacia unos árboles. Rodeamos por la derecha una caseta y aparece de frente un sendero, se atraviesa sin problema un pequeño regato y se vuelve a ascender hacia la vertiente contraria. El camino es cómodo, y sale a un prado con algunos caballos. Cruzamos el prado y bordeamos una pequeña arboleda, subiendo suavemente, para alcanzar un pequeño talud, que remontamos junto a un pequeño mojón. Aquí salimos a otra finca y la bordeamos hacia un vallado. Lo atravesamos para acceder a otra carreterilla (la de la variante), que tomamos hacia la derecha.

Por el bosque
Por la izquierda hay otro bosquete donde se entrevén algunos senderos y al fondo distinguimos la lámina de agua del embalse. Esto facilita la orientación, así que abandonamos el camino y tomamos un sendero, en zona que se suele utilizar como vertedero de basura (hay bastantes puntos así en nuestra geografía, igual alguna vez le dedicamos algún comentario al tema). La senda es entretenida, con continuas subidas y bajadas y algún desprendimiento. De repente, salimos a campo abierto cerca de una torre eléctrica, y ahí está efectivamente el embalse.

Cruzando el muro
Casi toda la orilla está cubierta por una franja de vegetación surcada por varios caminos, y nada nos impide internarnos por algunos de ellos para aproximarnos al pantano y contemplarlo desde distintos puntos de vista. Ya vemos el muro, y en la orilla norte un monumento que luego veremos de cerca, con los edificios de la UPV en lo alto. Aprovecho para apuntar que el embalse y sus alrededores son zonas de nidificación y refugio de numerosas aves, que se retiran hasta aquí desde su entorno habitual del Abra cuando se dan olas de frío. Dado que uno no tiene ni idea sobre ornitología, tengo que decir que esta información procede del libro 'Avifauna del Abra'   (Icarus Estudios Ambientales), publicado por el Gobierno vasco en 1.995. Es más, es ésta la fuente por la que me enteré de la existencia misma del embalse.

Sin ninguna dificultad encontraremos el sendero ‘bueno’, que se dirige hacia el muro. Hay que descender unos metros para cruzar el aliviadero y tomar una escalera delimitada –como el propio muro- por una barandilla de madera que parece bastante reciente. Sobre el cerramiento de hormigón se extiende una alfombra de hierba, y enfilamos hacia el lado contrario, observando siempre algunas aves que rondan por los alrededores. Hacia el sur tenemos también una bonita perspectiva del Ganeko.

Nada más traspasar el muro giramos a la izquierda por un sendero que se interna en el parque botánico llamado Arboretum, vinculado al campus universitario, y que, dentro del mundillo de entendidos, suscita por lo visto tanto entusiasmo en unos como rechazo en otros. Vamos así rodeando el embalse hasta salir a unas campas rasuradas, donde contemplamos las distintas especies arbóreas, catalogadas con cartelitos, y alguna plataforma de observación.

El Bosque de la vida
Giramos de nuevo a la izquierda para cruzar un regato por un puentecillo de madera y accedemos al monumento El Bosque de la vida Se trata de un espacio destinado al mismo tiempo a homenajear a aquellas personas que donaron su cuerpo a la ciencia, y a depositar sus cenizas cuando así lo han querido. Es un lugar francamente bonito, con un extraordinario olivo en el centro, y que suscita el respeto del visitante. Ahora se podría remontar por unos escalones de madera hacia la UPV, desde donde podemos tener algún transporte público de vuelta, pero buscaremos un camino más natural.

VARIANTE: Como lo que viene ahora tiene algún grado de complicación, podemos también subir hasta los edificios universitarios y girar a la izquierda para encontrar sin más la carretera de Santsoena (la que tomamos al inicio), por donde luego bajaremos.

Sendero arriba
Siguiendo con nuestro recorrido por las orillas, enfilamos hacia el cercano arbolado, descendiendo unos metros, y enseguida descubrimos un nuevo  senderito.  En una operación un poquillo engorrosa hay que cruzar otro riachuelo, y empezamos a subir moderadamente entre la vegetación. Aunque el camino parece cerrarse, podemos continuar tirando para arriba por una especie de terraplén muy inclinado. Aunque son apenas unos metros, hay que subir con cuidado porque la pendiente es muy pronunciada. Ni qué decir tiene que es totalmente desaconsejable meterse por esta zona en época de lluvias, porque puede resultar intransitable (en este caso, es mejor optar por la Variante anterior).

Jardines de la UPV
Una vez arriba, prácticamente sin camino visible, accedemos a un rellano con varias jaulas (ni idea de para qué sirven), y salimos de inmediato a los jardines que rodean los edificios de la UPV. Siempre sin entrar en el recinto, vamos a dar a un lugar extraño, con una escultura tallada en un árbol –como un tótem africano- y accedemos junto al edificio de la Unidad de Biofísica, donde ya no queda otra que volver a la civilización. Por una carreterilla junto a una subestación eléctrica enfilamos hacia la carretera, que tomamos girando a la izquierda, con buenas vistas sobre la parte más alta del casco urbano de Leioa, y el Serantes al fondo. Aquí nos reunimos con los que hayan optado por la última Variante, y bajamos sin más desvíos hasta el punto de inicio.

Como a lo largo de la excursión nos hemos encontrado con varias cosas llamativas -Arboretum, el Bosque de la Memoria, las jaulas, el tótem- sobre las que no tenemos mucha información, sería interesante que nuestros lectores pudieran ilustrarnos un poquillo al respecto.