viernes, 17 de febrero de 2017

Ipizte

La soberbia figura calcárea de Anboto es todo un símbolo de la montaña vizcaína, su versión más abrupta y desafiante, que se yergue en las panorámicas de casi todo el territorio, apuntando al cielo con su inconfundible pico. La imagen del gigante de Durangaldea resulta espectacular desde cualquier perspectiva, pero tal vez la vista más rotunda y apabullante se disfruta desde las cercanas campas de Zabalandi y el vistoso peñasco de Ipizte, ya en territorio alavés.

El recorrido desde el alto de Urkiola hasta Ipizte (Iruatxeta, Izpiste o denominaciones similares) es un paseo en paralelo a buena parte del imponente cordal de Anboto. El camino es sencillo y cómodo hasta el pie mismo de nuestro monte, donde se convierte en una corta y divertida ascensión, bastante vertical y por terreno algo más complicado.

               DISTANCIA: 12,7 km. 
            DESNIVEL: 310 m. (484-797) CENTENARIO
DIFICULTAD: Media 10 (3-5-2) Rampas del 40%/Dificultad de orientación (subida final)
ITINERARIO  (ida y vuelta)  Inicio y final: Santuario de Urkiola
            VIAS: Pista de tierra, zona kárstica junto a la cima
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Donostia, salida Iurreta-Durango, tomando la BI-623 dirección Vitoria-Gasteiz, hasta el alto de Urkiola. De Bilbao a Durango, Eusko Tren o Bizkaibus A-3911, y desde Durango bus ALSA Durango-Vitoria-Gasteiz parada Urkiola.
ENLACES CON: Asuntze, Larrano
TRACK: Wikiloc
Más información:
IGN MTN-50-61-Bilbao



Perfil (ida)


Santuario de Urkiola
En el aparcamiento junto al santuario de Urkiola suele haber espacio para dejar el vehículo sin problema. Justo al lado, por el costado del edificio religioso, tomamos la amplia pista que arranca tras pasar una barrera y un paso canadiense.

VARIANTE: Si para empezar queremos una ruta más montañera, en la cruz de señales que tenemos junto al inicio de la pista, debemos dejar ésta por la derecha y seguir la indicación hacia Urkiolagirre (1,6 kms.). Seguiremos así la misma dirección Este, pero atajando algo y remontando por la cima de este monte (también llamado Urkiolamendi), para luego bajar hasta el collado de Asuntze, donde nos reunimos con la ruta que se indica después. A cambio de aumentar los desniveles, tendremos casi todo el tiempo una fantástica panorámica de todo el cordal de Anboto. Esta variante está descrita en la entrada Larrano.

El camino presenta un desnivel muy suave y, si el tiempo lo permite, ofrece algunas vistas interesantes hacia el suroeste (Gorbea) y sureste (Orixol). Como este tramo no tiene un interés especial ni ninguna particularidad que destacar, me remito a la entrada Asuntze, donde se describe con mayor detalle.

Asuntze
Tras un ligero descenso en los últimos 500 metros, superamos un refugio abierto y llegamos al collado de ASUNTZE, un hermoso paraje al pie del Kurutzeta, primera cima relevante de la arista final de Anboto. En los alrededores de este amable lugar arrancan varios senderos hacia la parte norte del cordal y el desfiladero de Atxarte, y tenemos la curiosa fuente de Pol-Pol, de aguas de fuerte contenido férrico, al pie de la pequeña colina de Arlutziaga. No hay que pensar mucho: tal como indica otra señal direccional, no hay más que seguir la pista en dirección a Zabalandi (2,6 kms.), faldeando cómodamente bajo las inmensas paredes calizas.

Pagozelai (desvío hacia Anboto)
Siempre en muy ligera subida, pasamos junto a varias instalaciones de las antiguas canteras, un lavadero de mineral y otro refugio, todo ello por la derecha del camino. Pronto empiezan a verse las hermosas hayas que surgen de la misma roca salpicando la ladera, en una estampa preciosa. Con pendiente algo más pronunciada, pasamos un cruce señalizado y llegamos a PAGOZELAI, donde arranca por la izquierda la vía normal de Anboto.

Camino por el bosque
Pasamos junto a la vieja cantera de mármol, con varios grandes bloques junto a la pista, y el camino pasa a ser primero un pasillo verde y se convierte enseguida en un gracioso sendero. Ahora serpentea entre helechos y algunos árboles, con Ipizte ya a la vista, y empieza a bajar con decisión. Pasamos una puerta y confluimos con una pista que viene por la derecha desde Oleta y Otxandio. De nuevo por terreno fácil continuamos siempre en bajada entre hermosas hayas, y prados sembrados de setas que dejan su perfume.

Ahora en continuo descenso, pasamos junto a una cabaña con techo vegetal, y dejamos por la izquierda una fuente integrada en un túmulo de piedra. Seguimos entre hayas y más hayas, hasta que el entorno se despeja y, todavía bajando, se adivina que nos aproximamos al collado ZABALANDI.

Ipizte, llegando a Zabalandi
(foto prestada)
Estamos allí en cosa de 1:30 minutos desde el inicio, más o menos. Es una nueva campita, menos amplia y vistosa que Asuntze, con otro refugio y, sobre todo, con una perspectiva salvaje: estamos ante la pared sur de Anboto, y al lado tenemos el potente escarpe de Ipizte, defendido por grandes espolones; hacia el Este divisamos la cima de Andasto y, a lo lejos, el afilado perfil de Udalaitz. Lástima de nubes que nos han fastidiado las fotos; pero, a cambio, la escasa visibilidad le dará un aire mágico a la ascensión final.

En cuanto abandonamos el refugio de Zabalandi nos internamos ya en territorio alavés, remontando por una laderita entre helechos hasta dar con un vallado, que tenemos a la derecha. Cuando éste gira hacia su derecha tenemos que torcer ligeramente a la izquierda en dirección a las paredes de roca, cuya falda alcanzamos entre piedras y hojarasca. El paraje es realmente bonito, y el itinerario, muy
Empieza la subida
montañero, aunque todavía no empieza a ponerse bravo. Ahora seguimos una especie de flanqueo en el hay que andar con algo de cuidado con la pendiente de la derecha. Se supone que hay algunas marcas, pero personalmente no recuerdo haberlas visto.

Entre la niebla y el musgo
Ahora viene lo bueno: llegamos a una pala cuajada de rocas entre dos grandes paredes, una especie de amplia canal y, aquí sí, un primer cairn nos indica que hay que picar para arriba. La subida es realmente potente (a veces rondando el 45%), y en algunos momentos hay que utilizar las manos, especialmente si las rocas están húmedas. Por fin se alcanza un árbol que nos permite un punto de apoyo y tomar un respiro. Seguimos subiendo en la misma dirección, guiados por los útiles hitos, hasta llegar a una zona aún más abrupta.

Ahora no hay propiamente desnivel, sino rocas de mayor tamaño que exigen a veces una pequeña trepada y otras algún equilibrismo, siempre con mucho cuidado. Tampoco está de más ir cogiendo alguna referencia para la bajada, lo que será imprescindible si se nos mete la niebla. Salimos así a una especie de pequeña hoyada desde donde accedemos a lo alto de los espolones que hemos visto desde abajo: nuestra cima está hacia la izquierda. Tras otra zona rocosa intrincada, enseguida distinguimos el buzón rojo que corona la cumbre (IPIZTE, 1.057m.) Por aquí debe andar también la cueva donde se refugió el cura-guerrillero Santa Cruz, pero parece que no es nada fácil encontrarla (claro, por eso se escondió allí!)

Zabalandi (abajo) y Anboto desde Ipizte
(foto de perdidoenlasalturas)
La aproximación desde Zabalandi puede hacerse en cosa de veinte minutos. Hay que volver a indicar que en esta pequeña ascensión encontraremos algunos hitos de piedra que nos facilitarán la orientación, pero conviene andarse con tiento porque el lugar no es extenso pero sí algo caótico. Y especialmente si la visibilidad no es buena, es importante fijarnos bien en la trazada para no tener problemas al bajar.

Y las vistas. Bueno, por lo que vemos en internet las perspectivas desde nuestra cima son espectaculares, muy especialmente sobre las blancas paredes de Anboto, que se levantan justo enfrente. Pero nos tocó un día de nieblas cerradas, y todo lo que se veía son las grisuras que aparecen en las fotos propias, por lo que hemos tenido que recurrir a algunas prestadas. Otra vez será.