miércoles, 2 de septiembre de 2015

Mendigana

El alto de Bikotzgane (o Bikotxgane) se encuentra en la divisoria de los municipios de Orozko, Artea y Zeberio, en el límite norte del Parque Natural del Gorbeia. Se trata de un enclave desde el que se pueden iniciar distintas rutas, además de disponer de una amplia panorámica sobre numerosos picos del territorio.

En esta ocasión nos sirve de punto de partida para un paseo breve y muy sencillo, siguiendo un pequeño cordal hasta enlazar con la pista que lleva a Pagomakurre desde Areatza. Nos acompañarán espectaculares perspectivas sobre los murallones de Itxina y podremos ampliar la ruta a voluntad hacia otros cercanos parajes del Parque Natural.

                DISTANCIA: 5,6 km.  
            DESNIVEL: 105 m.  (561-656) 
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0)
ITINERARIO  (circular)  Inicio y final: Alto de Bikotzgane (entre Orozko y Artea)
            VIAS: Carretera, sendero de tierra, pista de cemento
            ACCESOS: De Bilbao a Orozko, autopista A-68 dirección Vitoria-Gasteiz salida Llodio-Orozko. Se toma la dirección a Orozko por la BI-2522 hasta Zubiaur, donde se toma la dirección a Ibarra y Artea. Seguir sin ninguna desviación por la BI-3513 hasta el alto de Bikotzgane (parking). Por Artea: A-8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida hospital de Galdakano. Se toma la N-240 dirección Vitoria-Gasteiz hasta Artea, y de aquí BI-3513 dirección Orozko hasta el alto.
            ENLACES CON Larreder
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 57



           
Bancos y mirador en Bikotzgane
Realmente, no sabemos cuál es la toponimia correcta de este alto de Bikotzgane. Nos suena mejor así, con ‘tz’, aunque el nombre deriva de la pequeña elevación contigua, que la mayor parte de las veces aparece denominada como ‘Bikotx’ o ‘Pikubikotx’. Sea como fuere, en el mismo alto tenemos hacia el norte un aparcamiento y una pequeña área recreativa con algunos bancos, y uno de esos monolitos digamos modernos a los que tan poca afición tenemos.

Las vistas de este pequeño mirador son estupendas, y a nuestro lado tenemos el cresterío de Mendigisa, que se inicia en la corona rocosa del muy cercano Garaigorta y se prolonga, algo tortuoso, hasta el esbelto Untzueta. Una mesa de orientación nos identifica las numerosas cumbres que se extienden por el horizonte. Pero nuestro objetivo en esta ocasión es otro, y está aquí al lado, aunque no a la vista.

Tenemos que descender un puñado de metros en dirección a Orozko, hasta dar con un desvío que veremos por la izquierda. Enseguida tenemos a la vista las paredes septentrionales del macizo de Itxina, que nos acompañarán durante la primera mitad del trayecto. Nada más tomar el desvío, una señal indica 5,4 kms. a Pagomakurre y 11,5 al Gorbea. Empezamos a subir por un camino de tierra bastante castigado e irregular, que deja claro que es zona de tránsito de madereros. La pendiente es moderada, aunque estas rampitas serán prácticamente lo único significativo que haya que subir en toda la mañanera.

Itxina y Oderiaga desde el camino













Vista atrás: Garaigorta y Untzueta
Pronto salimos a terreno despejado, una verde ladera por cuya longitud se ha roturado una especie de camino, que podemos bien seguir, bien evitar para continuar por el prado, siguiendo la misma dirección (SE). Parece ser que es también zona de caza, y en concreto debemos estar por una línea de pase de la paloma, lo que debe tener su importancia porque lo pone en algún cartelito.

Por la derecha cae suavemente la pendiente hacia un valle, y al otro lado se levanta la poderosa silueta de Itxina con sus blancos paredones, las Atxas en primer término y la punta de Axkorrigan sobre ellas.  Cierra la perspectiva por el oeste Oderiaga y el cordal de Arno, y hacia levante Anboto despunta por detrás de Eskuagatx y la sierra de Aramotz, más allá del valle de Arratia.

Irumugarrieta
La cosa no tiene complicación ni –para qué engañarnos- más emoción que precisamente las vistas que comentamos, porque avanzamos casi en línea recta, prácticamente en llano por la arista de una pequeña sierra, con verdísimos pastos por la derecha y arbolado por la izquierda. Nos acompañan restos de talas: tocones que todavía rezuman savia, trozos de troncos y ramas que apetece llevarse a casa, y cosas así. También vamos viendo algunos mugarris, que delimitan los municipios de Orozko (derecha) y primero Artea y después Areatza (izquierda).

Mojón de Mendigana
Precisamente, pasamos junto a los mojones linderos en el lugar llamado Irumugarrieta, y poco más adelante accedemos a MENDIGANA (656 metros), punto culminante de la excursión, con vértice geodésico y un desvencijado buzón. Al parecer, esta cima casi imperceptible llegó a figurar en las primeras versiones del Catálogo de los 100 montes. Frente a nosotros, la soberbia vista de Itxina y Oderiaga que comentábamos antes, con un solitario espino en el prado, que parece puesto a propósito, mientras hacia el norte se descuelga la cordillera que tiene su fin en el Untzueta.

Por el cipresal
Seguimos en la misma dirección que llevamos todo el tiempo y nos acercamos a una plantación de cipreses. Aunque aquí el camino no es tan evidente, basta con no perder el rumbo anterior: de esta forma atravesaremos el arbolado hasta salir a una pista, que es camino que lleva a Pagomakurre desde Areatza.

VARIANTE: Si tomamos esta pista en sentido ascendente (nuestra derecha), llegaríamos al área recreativa de Larreder (ver enlace arriba) en cosa de 1 km. y a Pagomakurre en dos más.

Pista de vuelta
Giramos entonces a la izquierda y cogemos la pista para empezar el camino de vuelta. Ahora los cipreses quedan, claro está, a nuestra izquierda, algunos manteniendose milagrosamente en el borde del talud de la carretera. Por la derecha nos acompañan multitud de caducifolios, cuyas ramas nos tapan la mayor parte de las vistas, aunque distinguimos Anboto y el cresterío de Alluitz, Eskuagatz y Saibi, Leungana y Legarmendi-Aramotz… una maravilla. Más cerca, vemos sólo un poquito del cónico Upo, y el resto del tiempo, el muy próximo y pelado Murga. Vamos, éstos que ponemos aquí abajo:


Upo y Legarmendi




Murga y Mandoia al fondo

Anboto entre los árboles

Cuando llegamos a una curva en herradura, abandonamos la aburrida pista de cemento por la izquierda, es decir, seguimos recto por otra de tierra, una de esas que salen de la principal con un cartel de prohibición para los coches. Continuamos por tanto por camino de piedrilla y, tras pasar una zona más despejada por la derecha, aparece una bifurcación. Seguimos por la derecha, en bajada, porque el camino que sube por la izquierda es claro que nos llevaría de nuevo al cordal.

De regreso a la carretera
Tras un ratillo de bajar suavemente, y una pequeña remontada casi al final, siempre en paralelo a la ruta de ida, terminamos saliendo de nuevo a la carretera, a unos pasos del alto donde hemos iniciado la ruta.

Un itinerario tranquilo, con hermosas vistas, que sirve empaparnos de nuestra variada orografía, y de aperitivo para idear futuras incursiones por algunos de los parajes que hemos ido contemplando.

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