martes, 25 de noviembre de 2014

Grazal PR BI-105

Las estribaciones más bajas del Eretza caen por el sur hacia el valle del Kadagua, donde mueren. Pero el atractivo de la gran mole no desaparece al perder altitud, sino que se transforma en otros elementos de la orografía que nos ofrecen sobradas razones para conocerlos. Entre ellos, los pliegues y barrancos que, formados por los regatos que nacen del monte, esconden sombríos e intrincados parajes de gran belleza.

El PR BI-105 nos ofrece un reconfortante recorrido junto al curso del arroyo Grazal, ruta que iniciamos y terminamos en Sodupe, tras conocer algunos de sus barrios, así como los secretos de la montaña más emblemática de la comarca.


                DISTANCIA: 8,9 km.
            DESNIVEL: 290 m.  (50-340)
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-3-0)
ITINERARIO: circular  Inicio y final: Barrio Iorgi (Sodupe)
            VIAS: Pistas de asfalto, cemento y piedrilla/tierra, senderos
           ACCESOS: En coche desde Bilbao, autovía dirección Balmaseda salida Sodupe. Tomar la BI-636 y seguir recto por BI-3651 hasta el barrio de Iorgi (aparcamiento a la derecha). Bizkaibus A-0651 (Balmaseda), A3342 (Artziniega), A3343 (Sodupe) y A3341 (Respaldiza), todas en Termibus. FEVE parada Sodupe (retroceder hasta Iorgi)
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 32-41




Inicio de la ruta en Iorgi
Llegando a Sodupe desde Bilbao, sin entrar en el casco urbano, nos encontramos en el barrio de Iorgi, donde tenemos un pequeño aparcamiento. Un panel informativo y una cruz de señales nos indican el inicio de la ruta del PR BI-105 Grazal erreka, también delimitada por las correspondientes marcas blanco-amarillas. Comenzamos la marcha retrocediendo unos 100 metros por la carretera, y junto a una casa recién restaurada, ya tenemos al lado el curso del arroyo que da nombre al itinerario.   

Vamos subiendo suavemente por un camino asfaltado, pasando junto a varios caseríos. El firme se va cubriendo de piedrilla, y llegamos a un paso canadiense y una primera bifurcación, donde un poste indica que hay que seguir por la izquierda. Como el PR es relativamente nuevo, todo está tan bien señalizado que nos sobran mapas y GPS, basta con seguir las marcas.

Paso canadiense y bifurcación
En el siguiente desvío hay que seguir por la derecha junto a una casita, para girar después a la derecha en una curva junto a otro panel informativo, y continuar bajo un frondoso arbolado de ribera donde destacan los avellanos. Dejamos por la izquierda una especie de depósito de aguas de piedra y cruzamos un puentecito de madera.

Poco después salimos a zona despejada junto a una especie de pequeña cantera. El camino sigue cómodo y recto, con unos bancos y varios carteles que informan sobre el encinar y la cercana cueva de los Champiñones. Junto a una barandilla de madera hay una caseta, y justo detrás un puentecillo de hierro. Aquí termina la pista, que ya era de gravilla y tierra, y nos adentramos en estrecha senda bajo un cerrado bosque, y siempre pegados al arroyo. Tras un pequeño tramo más abierto bajo un pinar, cruzamos una puerta y entramos en la zona más vistosa.

Esta parte del camino resulta enormemente atractiva: el regato va serpenteando entre piedras con verdín y hermosos helechos, esculpiendo a veces la roca, y siempre a la sombra. El senderito es estrecho y algo embarrado (ojo a las épocas de lluvia), pero muy entretenido. Lo cierto es que las fotos –hechas con un móvil rancio- no le hacen justicia a la belleza del entorno.



Tras una breve ascensión en línea recta, llegamos a otro puentecito de madera, donde las marcas nos dirigen hacia la izquierda. Pero, aunque parezca lo contrario, tenemos que seguir subiendo, ahora alejándonos del cauce fluvial. Pasamos una zona rocosa, una nueva puerta (hoy atravesaremos unas cuantas, de muy diversos formatos), y poco más adelante empezamos a descubrir algunos de esos gruesos troncos de castaños, de formas caprichosas y a veces fantasmagóricas, que siempre aparecen en las fotos.  

San Bartolomé en Lexarza
Desembocamos finalmente en un claro con una valla metálica a la derecha y otro camino que sigue subiendo, y giramos a la izquierda. Continuamos por la pista, que seguimos en dirección a un viejo caserío, hasta alcanzar el barrio de LEXARZA. Por encima hay otra casa y unos metros más adelante, la ermita de San Bartolomé. Es una construcción verdaderamente extraña pero interesante. Ni siquiera tiene cruz, pero creo que la ausencia será obra de gamberros, porque el mojón donde se indica el año 1.212 (nada menos) está también derribado, y tampoco está un cartel que he visto en alguna web. Todo este desaguisado era así al menos hace unos meses.

A nuestra espalda emerge el Eretza –que desde aquí no parece tan fiero- y por la izquierda asoma el Pico de la Cruz. Por la izquierda tenemos una impactante imagen del afilado perfil del Gallarraga, que parece inexpugnable, y que seguiremos viendo un buen rato.

Estrada
Seguimos unos metros de pista para abandonarla enseguida y tomar otro camino por la derecha. Algún sorprendente castaño más, y avanzamos después por una especie de corredoira (estrada) entre fincas y algunos pastos, para entrar en un nuevo pinar con pasillo herboso. Descendemos unos metros y pasamos una puerta manufacturada con paso lateral, hacia una curva con alguna vista parcial sobre el Eretza. Otra vez el camino parece descender directo hacia el pueblo, y otra vez las marcas nos dirigen por una desviación a la derecha.

Ahora vamos por sendero más estrecho, cerca de algunas granjas, pasando otras tres puertas (llevamos el recuento?) y un abrevadero que podría ser la fuente del Avellano. Ahora vamos terminando el retorno por la ladera Oeste del barranco (bordeando las estribaciones de Ganzabal), donde según el mapa se localizan efectivamente hasta siete fuentes, y así hemos ido cruzando sucesivas zonas más o menos embarradas producto de estas escorrentías.

Vista sobre el Gallarraga
Ahora empezamos a bordear la punta de esta elevación, y de inmediato tenemos Sodupe por la izquierda a la vista, siempre con el imponente Gallarraga al otro lado del valle, flanqueado por Aguilatos, Kiputxeta y algunas elevaciones menores. Parece que estamos muy cerca –aunque elevados bastantes metros-, pero empezamos a girar cada vez más hacia NW. El camino es sencillo y está marcado de forma que no hay posibilidad de error.

Alcanzamos así los primeros dos caseríos del barrio de GOIKURIA (o Goikouria), el primero Okarantza, de fachadas lustrosas y llenas de flores. Tras pasar junto a un corral, salimos a la carretera, que no es la general
Caseríos en Goikouria
sino un camino vecinal. En una placita hay nuevas señales y una fuente. Giramos a la izquierda, y por la derecha se divisa enseguida la ERMITA de San Pedro Apóstol de Goikouria, que podemos acercarnos a examinar.

En un tramo que se hace algo largo, pasado un lavadero y varias casas, nos adentramos ya en el mismo casco urbano de Sodupe, y por la derecha tenemos la estación de FEVE. De aquí al parking del barrio de Iorgi, donde hemos comenzado, habrá unos 500 metros en los que recorremos casi toda la longitud del pueblo.

En cosa de dos horas hemos hecho el itinerario completo, en el que habremos recorrido una parte muy interesante de las laderas que rodean esta parte de Sodupe. Una ruta entretenida y variada, de la que destacamos especialmente lo que es propiamente el recorrido junto al cauce del Grazal, absolutamente delicioso. Y, concluido el pateo, Sodupe se nos ofrece como pueblo bien acogedor que es, para nuestro habitual aperitivo après-marche. 

martes, 11 de noviembre de 2014

La Rasa

Las elevaciones más occidentales de los montes de Triano, o de Galdames, se asoman al valle que dibuja el río Barbadun en su camino hacia las marismas de Muskiz y el Cantábrico. Como casi todo el resto del macizo, sus laderas albergan numerosos restos de la febril actividad minera que dominó toda la región hasta mediados del siglo pasado. Todas estas cimas presentan altitudes más modestas que las cumbres más orientales, y su tipología es sumamente variada, desde picos más o menos abruptos hasta grandes extensiones calizas, o perfiles herbosos o redondeados.  

Desde el Centro de Interpretación Ambiental de Peñas Negras un tranquilo paseo nos permite conocer algunas de ellas, contemplando paisajes que enlazan el litoral con los montes de las Encartaciones.


                DISTANCIA: 6 km.
            DESNIVEL: 145 m.  (460-606) 
DIFICULTAD: Muy Baja 3  (1-2-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: CIA Peñas Negras
            VIAS: carretera, camino asfaltado, senderos de tierra y gravilla, pista de cemento
           ACCESOS: En coche, desde Bilbao a Trapaga por la A-8 y N-634. En el cruce frente a la iglesia se gira a la izquierda hacia La Arboleda por la BI-3755. Pasado el parking, se gira a la derecha por detrás de las escuelas, y después a la izquierda, para tomar la carretera que asciende, hasta llegar a Peñas Negras (1,5 kms.) También por la A-8 hasta salida Gallarta. Junto al polígono El Campillo se toma la N-634 y N-639 (indicaciones de Meaztegi Golf) y posteriormente BI-3756 hasta La Arboleda, y de ahí mismo itinerario.
En transporte público, a Trapaga Bizkaibus A3144, A3336 y A3337 y RENFE línea C2 estación de Trapagaran. De aquí a Larreineta, funicular de La Escontrilla, siguiendo la BI-3755. De Larreineta a La Arboleda, bus A-2221, y de aquí Peñas Negras, itinerario antes indicado, o seguir la ruta señalada en la entrada Peñas Negras
TRACK:  Wikiloc                     
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 23





Inicio del camino
            Al Centro de Interpretación de Peñas Negras se puede acceder en coche por la ruta indicada en ‘Accesos’, pero también a pie en un agradable paseo que describimos en la primera parte de la entrada que obviamente llamamos Peñas Negras. Es uno de esos lugares que sirven de campo base avanzado para hacer incursiones por zonas amplias, además de contar con servicios adecuados, parking, pequeña zona de esparcimiento, información sobre el entorno y, sobre todo, bar.

Desde el aparcamiento tenemos a la vista un panel informativo junto al cual arrancan dos caminos. Tomamos el de la derecha, un sendero de tierra en moderada subida, y seguiremos las balizas que de momento son tricolor (rosa, morado y naranja) para empezar a adentrarnos en el monte. La primera parte de la subida es la más abrupta, con las únicas pendientes significativas de toda la jornada, por encima del 25% aunque sólo durante unos pocos metros.

Peñas Negras
Cruzamos primero una amplia pista que se dirige hacia La Brena, y pasamos después una pequeña ‘ese’ en cuya segunda curva tenemos a la izquierda el pequeño roquedo que da el nombre a Peñas Negras. Encaramándonos un poco, tenemos una buena vista sobre el barranco del Cuadro, a donde caen las laderas norteñas de buena parte de los montes de Triano. Dejamos después otro camino por la izquierda y un trazado herboso por la derecha, y accedemos ya a una larga pista que nos lleva, casi en línea recta, en dirección Oeste durante casi dos kilómetros, como ya indicábamos en la entrada Pico Mayor.

Con algunos tramos bastante descarnados, la ladera hacia la derecha está ocupada por una explotación forestal intensiva, razón por la cual hace unos pocos años carecíamos casi por completo de vistas, mientras que ahora las tenemos diáfanas y sumamente amplias: por el norte vamos observando algunas de las localidades de la margen izquierda, desde Trapaga hasta Muskiz, el Serantes, Lucero, parte del Abra y la línea del Cantábrico en el horizonte.  Lo cierto es que todo ello nos ameniza un poco la subida, que es muy suave pero también larga y algo monótona; o sea, aburridilla si lo que buscábamos era diversión montañera, amable y adecuada si queríamos un paseíto sin complicaciones.

Collado y Peña San Juan
Finalmente encontramos una bifurcación, donde las marcas rosas nos abandonan por la izquierda, rumbo a Peña Pastores, y nosotros seguimos de frente. En unos minutos accedemos a un collado, donde por la derecha podríamos ascender en unos diez minutos a la elevación llamada El Gallo, con un buzón con la forma del animal, aunque sin vistas. Pero seguiremos una vez más los postes, que ya nos quedan sólo con el color naranja del itinerario 7 de Peñas Negras, y giramos a la derecha. Avanzamos ahora por terreno más o menos despejado, ignoramos un par de desvíos y pasamos junto a la fuente de Maceo. Por aquí se pueden observar los muros y restos de la casa del tal Maceo, así como del plano inclinado de La Cadenilla. Son algunos de los muchos vestigios mineros que pueden encontrarse en toda la zona.

Cerca de la cima
Pasamos una bajadita pedregosa, tras la cual el camino gira a la derecha y, tras cruzar un pequeño regato y unos metros de ligera subida, vuelve a salir a otro colladito. Por la derecha continúa una pista que desciende hacia el valle del Barbadun, y por ella podríamos continuar un trecho para después remontar la ladera por la izquierda; pero es más sencillo continuar de frente, prácticamente sin camino, por un rellano herboso entre pinos, que avanza en dirección NNW.

Poco después de salir a terreno abierto, divisamos ya el vértice geodésico, y alcanzamos  nuestra cima de LA RASA (627 m.), también conocida como Peña Parda. El punto más elevado debe encontrarse realmente unos metros atrás, seguramente entre el arbolado pero, como es habitual, consideramos que la cumbre está situada donde se encuentra el mojón y el buzón.


VARIANTE: Siguiendo la misma trayectoria, un visible senderito nos conduce, tras una potente bajada y nueva (moderada) ascensión, al cercano Pico Ventana (o Ventuña), con excelente panorámica sobre el valle de Somorrostro y el curso del río hasta Sopuerta. También se puede acceder a él siguiendo la pista que hemos comentado antes.

OTRA VARIANTE: Una ruta clásica es también continuar el itinerario naranja, que se prolonga hasta la ferrería del Pobal, ya en el valle, con o sin la ascensión antes citada. Eso sí, hay que pensárselo desde el principio, porque ya estamos hablando de una travesía, por lo que hay que tener bien organizado el tema de los transportes.

Aunque las vistas están ligeramente limitadas por las elevaciones vecinas (Ventana al norte y San Juan al sur), tenemos una buena perspectiva sobre parte del valle del Barbadun y buena parte de los montes encartados. 

La verdad es que cuando hicimos las fotos las vistas eran las que se ven ahí arriba, o sea, ninguna. Pero bueno, esto ocurre a veces cuando vamos al monte y, sin embargo, nos sigue gustando. Para compensar, ponemos esta imagen, que queda mucho más lucida.

Con todo, de no haber optado por otras posibilidades, hacemos la ruta de vuelta por el mismo camino. No debemos desechar una visita para conocer las informaciones que sobre la zona minera se nos ofrecen en el CIA de Peñas Negras, y disfrutar un ratillo de la zona verde adyacente. 


Como es sabido, en este blog siempre metemos las gomas a quien se nos ponga a tiro; pero tampoco nos cortamos cuando hay que alabar un buen trabajo. En este sentido, ya hemos comentado en otras ocasiones que el diseño, marcación y mantenimiento de los itinerarios de Peñas Negras resultan impecables. O sea, que podemos olvidarnos de mapas y track y seguir ciegamente las balizas multicolores, que con ellas siempre llegaremos a buen puerto.

Y a propósito de todo esto, tenemos a vuestra disposición un interesante folleto sobre los itinerarios balizados por la zona. Está en pdf y no sabemos si se puede colocar de alguna forma en el blog, así que nos lo podeis pedir al correo ibilkat@gmail.com