jueves, 21 de agosto de 2014

Malditas señales

Las verdes del Paga
Hace unos años, no muchos, colocaron en el Pagasarri unas señales indicadoras. Son seguramente las más feas que he visto en ningún sitio, y en pocas semanas algunos ya se habían cargado varias. Con unos cientos de euros gastados de los impuestos que pagamos todos, las repusieron y, con el paso del tiempo, las cosas se han apaciguado y parece que no las han vuelto a derribar.

Puede que el aspecto plástico de los carteles y su muy dudosa estética hayan influido en la furia destructora de los cafres, pero deberíamos considerar también la fobia que un cierto sector de montañeros parece tener a todo lo que signifique facilidades de orientación a lo senderistas.

Esta no les molesta
Porque no sólo vemos los destrozos en el Paga, no. En muy diversos lugares hemos podido ver letreros derribados, indicaciones o marcas borradas. A duras penas respetan la pintura de los GR, que les debe parecer algo más 'auténtico', o 'montañero', o qué sé yo. Pero incluso parece que ésto les estorba. Ya hemos visto críticas a las marcas rojiblancas del GR bilbaino, y en algunos puntos ya se las han cargado.

Hay cierta gente que muestra siempre gran desprecio por todo aquello que no han hecho ellos mismos. Especialmente, si se trata de cosas que provienen del ámbito público (Ayuntamientos, Federación de Montaña), porque hay otro tipo de cartelería, manufacturada y más o menos tosca, que a nadie se le ocurre tocar. Curioso.

Y ésta tampoco
Pero además se diría que les molesta que al resto de aficionados se nos facilite un poco el trabajo. Si ellos ya conocen los caminos, no necesitan señales. Y si los demás no los conocemos, pues nos buscamos la vida, nos jodemos, o simplemente no vamos.

Admitamos que hay lugares en que las indicaciones no parecen muy necesarias, pero tampoco me parece que hagan daño a nadie. Y, como hemos dicho aquí en varias ocasiones, el monte es de todos y todos tenemos derecho a disfrutarlo. Destruir una señal perjudica a quien la necesita y beneficia ¿a quién? Pues solamente al orgullo estúpido de quienes se consideran, por algún motivo desconocido, poseedores legítimos de lo que es un bien común.

El obispo ubicuo

En Alonsotegi
Nos hemos encontrado con San Martín Obispo en Alonsotegi, barrio de Somo, subiendo al Gongeda; en Artea, barrio homónimo; en La Ola (Sondika); en Bedia (Ereño), camino del Mandoia. Bueno, no es que tengamos visiones místicas, sino que en estos lugares existen ermitas bajo la advocación del citado sujeto. Seguro que hay otras muchas, además de templos dedicados a San Martín que no sabemos si se refieren al mismo.
En Bedia

Pero el caso es que su ilustrísima parece que era un tipo bastante famoso.

Dicen los que saben –o sea, Wikipedia- que Martín nació nada menos que en Hungría allá por el siglo IV, formó parte de la guardia imperial romana y se convirtió a partir de un episodio en que socorrió a un mendigo. Por lo visto, es patrono de Francia y de Hungría, y de nada menos que 23 ciudades (las hemos contado), desde Orense hasta Poznan (Polonia), y desde Tixtlancingo (México) hasta Utrecht (Holanda).

El Santo, en persona
Tampoco queda muy claro qué cosas extraordinarias hizo este señor; pero bueno, al menos cuando nos encontremos con una de estas ermitas, que siempre transmiten paz y descanso ahí metidas entre montañas, al menos podemos recordar que se construyó en honor a alguien que fue célebre diecisiete siglos atrás.

O podemos traer a la memoria aquello de ‘a cada cerdo le llega su San Martín’, que decía mi aita.

Incultura a saco: el de hierro y otros cinturones

En este caso, el palo nos los damos a nosotros mismos. Cuando en los alrededores de Bilbao hemos encontrado bunkers, trincheras o fortificaciones, de inmediato hemos supuesto que estábamos en el famoso Cinturón de Hierro, que se construyó, deprisa y corriendo, para evitar que el botxo cayese en manos de los sublevados franquistas, allá por 1.936 o 37. No sólo lo hemos pensado, sino que temerariamente lo hemos puesto por escrito en el blog.

Para disculparnos, diremos que el error no sólo es morrocotudo, sino sumamente extendido: casi todo el mundo llama Cinturón de Hierro a todo lo que parezcan construcciones de tipo militar más o menos en el entorno de Bilbao.

En realidad, el trazado del Cinturón es el que se refleja en el mapa de aquí al lado, aunque no se ve muy bien: se inicia por la zona de Urduliz, y sigue en dirección SE por el cordal de Munarrikolanda hasta Gaztelumendi y Larrabetzu (el Bizkargi, muy cercano, fue escenario de batallas encarnizadas); gira a SW bordeando Galdakano y después Miravalles, para cambiar de dirección cerca de Llodio y enfilar de nuevo hacia el mar. Ése es el Cinturón de Hierro y ningún otro.

Trinchera en Goikogane
Digamos que dentro de ese perímetro hay una segunda línea de fortificaciones, que se llamó Cinturón de la muerte. Por lo visto, fue una chapuza sin ninguna utilidad, y de ahí su nombre. La mayor parte de los bunkers y trincheras que se encuentran en la sierra norte de Bilbao, de Monte Avril a Enekuri, pertenecen a esta construcción.

Batería de Punta Lucero: Línea P
Y finalmente, otra serie de fortines se extiende mayoritariamente por la costa y zonas próximas, donde podemos ver garitas de vigilancia y puestos de artillería, algunos en buen estado de conservación. Esto forma parte de la llamada Línea P, establecida después de la Guerra civil en previsión de un ataque aliado contra Franco, y que se prolongaba a lo largo del todo el Pirineo, continuando por la costa cantábrica. Seguro que a Roosevelt y Churchill les temblaban las piernas imaginando al Caudillo resistiendo en la Línea P.

Pero, a lo que íbamos: esta última línea defensiva sí que la habíamos identificado más o menos, y afortunadamente hemos dejado claro que era posterior a la guerra civil y no tenía nada que ver con el Cinturón de hierro. En otros casos, sin embargo, nos hemos columpiado a base de bien. Así que vaya por delante la rectificación y disculpas por la metedura de pata.

ISB, KO

No sé si alguien se ha fijado, pero nos hemos cargado un enlace de esa lista que ponemos aquí a la derecha, que estaba bajo el rótulo ‘Senderos de Bizkaia’

La página pertenecía a un organismo primero llamado Instituto de Estudios Territoriales de Bizkaia (IETB) que, supongo que para evitar la confusión de siglas, pasó a ser Instituto para la Sostenibilidad de Bizkaia (ISB). Incluía 44 rutas por toda la geografía vizcaina bajo el rompedor rótulo de ‘Caminos de ayer y de hoy en Bizkaia’.


Hemos hecho unas cuantos de esos recorridos, y varios están colgados en ibilkat. Son rutas generalmente muy asequibles, de interés más cultural que montañero, y de atractivo variable: algunas realmente bonitas, otras perfectamente prescindibles. Se acompañaba a la descripción algunas fotos, un track muy fiable y un mapa que desentonaba por ser cutre y no servir para nada. Como los nuestros, pero peor.

El caso es que finalmente, la página ha desaparecido (a lo mejor también el propio Instituto), quizá por los recortes, y nos hemos quedado sin una buena fuente de información, que sobre todo aportaba ideas sobre lugares un poco al margen de los más trillados y conocidos.

Tras una ardua búsqueda hemos encontrado alguna de las fichas del ISB esparcidas por ahí, y creo que parte de la información se incluye en el apartado bizkaia21 de la página de la Diputación bizkaia.net. Pero la cosa, tal como estaba, ya no existe –a no ser que alguien con más habilidades interneteras nos corrija. Una pena