martes, 8 de julio de 2014

Camino '87 19ª Jornada: Samos - Portomarín (27,4 kms.)




No nos damos tregua. Desde que abandonamos León en Villafranca del Bierzo, llevamos dos etapas rondando los 30 kms., y aún queda otra similar -por ahora.

Empezamos por no entender muy bien. Partiendo de Samos, la Guía de Millán Bravo, que era el libro de cabecera de nuestra expedición, marca un camino en diagonal, paralelo a la comarcal LU-633 directo hacia Sarria. Sin embargo, el resumen de la ruta incluye el nombre de Calvor, que está más o menos a medio camino, pero por el trazado del Norte.

Lo cierto es que la ruta de la Guía (que sigue la de Aymeric Picaud) no parece ser la más normal, porque prácticamente todas las demás fuentes que hemos consultado indican un trazado que en efecto desemboca cerca de Calvor. De forma que, por sorprendente que parezca, parece que el grupo ignoró esta vez el libro y siguió esta última trayectoria. Aunque también nos choca que se haya situado Calvor a 2 kms. de Samos, cuando en realidad está a unos 7 u 8.

Gorolfe
Parece mentira, casi 500 kilómetros desde Santurtzi sin incidencias en la ruta, y nada más entrar en Galicia, todo se vuelve confuso y ocurren cosas raras. Son las brumas del norte y el eco de los druidas, seguro.

Entre robles, cerca de Calvor
Así que salimos de Samos y en un par de kilómetros giramos a la derecha hacia PASCAIS para seguir el cauce del río Sarria hacia el norte. Vamos pasando diversas pequeñas aldeas (GOROLFE, REIRIZ y más tarde SIVIL) por revirados caminos rurales, siempre en cotas próximas a los 500 metros. En los citados 7 u 8 kms., pasando PERROS, accedemos a CALVOR (km. 484, aunque seguramente son unos cuantos más)

Sarria
Ahora sí que giramos hacia el oeste para, en otros 6 kms. de descenso más o menos suave, acceder a SARRIA (km. 490). Esta localidad, el núcleo urbano más importante del Camino en Galicia, es el punto desde el que se considera se debe partir para cubrir los 100 kms. fijados como mínimo para obtener la Compostela, acreditación eclesiástica de haber realizado el Camino; aunque en realidad estamos todavía a más de 110 kms, como lo señalan los sucesivos mojones indicadores. El relato destaca la ‘iglesia románica de Santa Marina y el castillo que domina el llamado Campo del Ferial’.

Ponte Aspera
Nada más cruzar Sarria salimos en dirección oeste y rápidamente regresamos al medio rural para cruzar el encantador e histórico Ponte Aspera. Ahora circulamos casi siempre al margen de las carreteras, entre prados y bosquetes, con algunos tramos de las conocidas corredoiras, como se conoce por aquí a estas preciosas estradas, generalmente arboladas y siempre frescas, que hacen el Camino mucho más llevadero. Bueno va, también está la cosa de hacer slalom sorteando enormes vacas y sus aún más impresionantes boñigas, pero oiga, para eso estamos en el monte, y además en Galicia.
 

Ya sólo quedan 100
Con pequeñas subidas y bajadas y numerosos cambios de dirección, vamos pasando pequeñas aldeas, BARBADELO (km. 493), RENTE, PERUSCALLO, hasta que a la altura de BREA encontramos el mojón de los 100 kms. El hito parece pasar inadvertido para el autor de la bitácora, pero desde luego no para el fotógrafo, como se puede ver. Es sin duda uno de los puntos emblemáticos del Camino. Para estos chavales de Santurtzi antes quizá lo fueron la salida de Bizkaia por Balmaseda, la conexión con el Camino francés en Frómista, León, la Cruz de Ferro o el Cebreiro. Pero, tras unos 500 kms. de marcha, que se dice pronto, ya ‘sólo’ quedan 100 hasta Santiago, el Obradoiro, el fin de la aventura. Lo cual es todo un evento, algo que le mete a uno un tremendo chute de autoestima y fuerzas renovadas para continuar.

Nos esperan ahora FERREIROS, PARROCHA y VILACHÁ, desde donde hay que acometer una fuerte bajada hacia el cauce del Miño, embalsado en el pantano de Belesar, que cruzamos por una pasarela . Las aguas anegan el antiguo y ahora sumergido pueblo de Portomarín, situandose el nuevo frente a nosotros en un alto, ‘resucitado en la ladera del monte, el otro quedó sumergido para siempre bajo las aguas del pantano del Sil’ (corregimos, es el Miño)

Llegando a Portomarín
Se nos exige un último esfuerzo para ascender por una terrorífica escalera, y estamos ya en el final de la etapa (PORTOMARIN, km. 509). El narrador destaca las iglesias románicas de San Pedro y San Nicolás, ‘templo-fortaleza, con un ábside y portada dignos de admirar’. Añadimos que, al menos esta última, reconstruida piedra a piedra desde su antigua ubicación.

Asamblea en la plaza
Pero nuestros peregrinos seguro que lo que más apreciaron fue el parquecillo que asoma al embalse y es casi lo primero que se encuentra en el pueblo. El lugar es ideal para tirar la mochila y tumbarse a descansar tras una etapa larga y, a decir de todos, engañosa, porque los 28 kilómetros se hacen mucho más largos por la proliferación de pequeñas aldeas y caminos diferentes que vamos encontrando. Los caminos rectilíneos de Castilla resultaban psicológicamente demoledores, pero estos agradables senderos lucenses, aunque más sombreados y verdes, también tienen truco.

Y si encima le añadimos los 6 o 7 kms. de error en la contabilidad, pues todavía peor.

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