lunes, 13 de enero de 2014

Goikogane

A orillas del Nervión, los municipios de Arakaldo y Arrankudiaga lindan al oeste con tierras alavesas, dominadas por el importante núcleo urbano e industrial de Llodio-Laudio. El río es el hilo conductor de comarcas de perfil accidentado, donde se suceden estrechos valles y elevaciones generalmente modestas, y se funden de forma llamativa el mundo rural y los polígonos industriales.

Justamente aquí muere el cordal que se desprende del macizo del Ganekogorta en dirección a levante, y que finaliza en el orgulloso cono de Goikogane, cuya inconfundible silueta domina el paisaje ribereño. Una moderada ruta, muy montañera, nos acerca a esta cima desde Arrankudiaga, abriéndonos la puerta al vistoso cresterío por el que podemos continuar si la ruta nos ha resultado demasiado breve.

                DISTANCIA: 8,4 km.
            DESNIVEL: 575 m. (125-702) 
DIFICULTAD: Media-Baja 8 (5-3-0)
ACCESOS: En coche desde Bilbao, AP-68 en dirección Vitoria Gasteiz. Nada más pasar el peaje de Areta, tomar la salida a Llodio, e inmediatamente, dirección Arrankudiaga por la BI-625. Se deja una primera desviación por la izquierda y en la segunda, junto al cartel de fin de Arrankudiaga, se encuentra el punto de inicio. Bizkaibus A3918 Bilbao-Orozko (c/ Bailén) parada 3264 (Otxanduri) RENFE línea C3 estación Arrankudiaga o Arbide
            VIAS: Sendero de tierra 
ENLACES CON
Más información:
http://www.mendiak.net/foro/viewtopic.php?f=46&t=29788 (otra ruta con fantásticas fotos)
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 42-51


Perfil (ida)

       
Para allá vamos
    Bueno, pues de estas tierras limítrofes de complicada orografía eran mis abuelos, y de Arrankudiaga en concreto mi aitita, a quien me referí hace una temporada. Así que, trantandose de subir al Goikogane, no había duda sobre el punto de partida. Por cierto, que en algunas zonas de Bizkaia decimos ‘aitita’ y no ‘aitite’, así que no se trataba de ninguna errata.

Siguiendo lo indicado en Accesos, según salimos de la autopista giramos a la derecha y seguimos hasta ver por la izquierda un cartel con el límite territorial de Arrankudiaga, una parada de Bizkaibus y un desvío con un camino de cemento. Aquí se inicia nuestra ruta. Empezamos por subir esta rampa, y en unos metros vemos por la derecha un camino que debemos tomar, compuesto por grandes guijarros, que hacen muy incómodo el caminar.  

Camino por el pinar
Pasamos junto a una caseta de aguas y después junto a una pequeña granja. El firme se va haciendo más amable, terroso y con algo de hierba y, sin perder el camino principal, nos internamos bajo arbolado. En pocos minutos llegamos a un claro, donde giramos a la izquierda. Esta parte de la ruta resulta agradable, ganando metros suavemente. Entre los árboles divisamos una casa solitaria, algo más que una casa de labranza y algo menos que un caserío, que es la chabola de Artetxe. Poco más adelante, encontramos un DESVIO por la derecha, que vamos a tomar, aunque de frente veamos un cairn que nos invita a no desviarnos.

VARIANTE: Efectivamente, podemos continuar de frente, y quizá nos compliquemos un poco menos la existencia, aunque también recorreremos unos 500 metros más. Sin abandonar en ningún momento el trazado, describimos una amplia curva, y finalmente llegaremos al punto que indicamos después, donde enlazamos con el trayecto que se describe.

Valla en el atajo
Viene ahora un tramo algo más confuso, con abundantes argomas y el camino un poco desdibujado, como antiguo. Nos encontramos una puerta metálica ‘modelo mallazo’ (VALLA-1), con una especie de cierre por un costado, aunque tampoco hay mucho problema en trepar y saltar al otro lado.  Al otro lado de la valla, el trazado es cada vez más difuso y sembrado de pinchos y zarzas. En unos metros, nuestro rumbo gira a la izquierda y el sendero pasa después a perderse definitivamente. Aquí hay que tirar un poquillo de intuición para buscar las zonas más limpias sin dejar de ganar metros, en general diríamos hacia nuestras 2. Tras un recorrido corto aunque algo penoso, recobramos otra senda que nos conduce a una nueva puerta (VALLA-2). Por aquí
Vista sobre Untzueta
salimos a otro camino, que tomamos en subida hacia la derecha. Por aquí llegaremos si hemos seguido la variante.

Así que en realidad hemos seguido una especie de atajo, seguramente atravesando una antigua finca. Y a cambio de algún rasguño, no sólo nos hemos ahorrado unos minutos de marcha, sino que hemos podido disfrutar de una formidable imagen del cercano Untzueta, y la primera vista de nuestro objetivo, tan cercano y potente como realmente es.

Ahora el sendero sigue un agradable llaneo, con pequeñas subidas y bajadas, entre pinos jóvenes que a veces invaden el camino, con vistas al barranco de Bealenerreka, en cuya otra vertiente se distinguen varias pistas en las laderas desnudas por las talas. Vamos ladeando por la parte baja del Goikogane, y se agradece lo suave del recorrido para reponer fuerzas. Pasamos un bonito regato y atravesamos una especie de viejo vallado abierto, con vistas cada vez más amplias sobre Upo y Artanda, y el Anboto y su cordal que emergen por el fondo.

Camino por la ladera
Llegamos a una trifurcación (CURVA), con un pequeño recodo verde donde por la derecha llega el camino desde el barrio de Gorosarri, una vía un poco más usual que la nuestra para subir desde Arrankudiaga. Giramos aquí a la izquierda, casi 180º, y tomamos el camino que sube con más fuerza, un sendero terroso bajo más pinos.

Siempre en subida, a veces moderada y otras más fuerte, tras un tramo recto salimos otra vez del arbolado, y el camino se puebla de piedras. Estamos ante otro trecho más o menos llano por la ladera norte de nuestro monte, por donde proliferan grandes arbustos de brezo blanco, que seguiremos viendo después. Pasamos otro arroyo, canalizado de aquella manera, y llegamos a una especie de MIRADOR, con el Ganeko de frente y el cordal de Kamaraka por la izquierda. Tras los árboles, apenas se puede ver el valle de Zollo y a nuestra espalda queda el Goikogane, que todavía parece lejano y de cuya cima nos separan bastantes metros de desnivel que habrá que remontar.

Cordal del Ganeko desde el sur
Efectivamente, este es un buen punto para dedicar unos minutos al paisaje y a tomar un respiro, porque ahora viene lo bueno. Hay que girar a la izquierda, en dirección sur, por una muy respetable rampa pedregosa, con un potente desnivel. Se pasa una curva en herradura y seguimos ganando metros, para llegar finalmente a un agradable COLLADO que separa nuestro monte del resto del cordal.

Mugarriluze y Kamaraka desde el collado



Último tramo de subida

Ya tenemos a la vista, por la izquierda, la última txanpa para acceder a nuestro objetivo: un verdísimo cono de campas rasuradas y surcadas por un estrecho y muy marcado sendero. Aunque la pendiente es fuerte, tan cerca de la cima se hace sin sentir. Tras pasar lo que parece una trinchera del Cinturón de Hierro (hay varias placas por aquí), en el último repecho llegamos por fin al buzón con forma de cruz de la cima (GOIKOGANE, 702 m.), en poco más de una hora desde el inicio. Por el lado izquierdo hay una empinadísima ladera con la que hay que tener cuidado, y hacia Llodio se extienden los prados. En la arista se sitúa la divisoria entre Arrankudiaga y Llodio, y por tanto, entre Bizkaia y Alava.






Las vistas son fantásticas. En primer término el Untzueta, algo por la izquierda los montes de Durango, y por la derecha el Gorbea, con sus cimas más importantes, y el valle de Orozko a los pies. Hacia el sur, la interminable línea recta de Sierra Gorobel/Salbada y bajo nosotros, Llodio y la pequeña colina de Alpitzu. Hacia el Este vamos descubriendo Oiz, Artanda y Upo, ya vistos antes, Sollube, Jata, Pastorekorta y el cordal del Paga, donde destaca la gran masa rocosa bajo su cima… Sólo por el norte el cresterío nos priva de la perspectiva. Una ikurriña se levanta unos metros más abajo, casi en vertical sobre el valle, como coronando la torre de un castillo.  

VARIANTE: Situados aquí, el cordal que enlaza con el cercano Ganeko nos invita a alargar un poco la excursión con una visita a alguna cima más. Volvemos a bajar hasta el collado anterior y cogemos el senderito bien marcado que recorre la cresta en dirección oeste. Superamos una zona donde aflora la roca y tras una bifurcación, accedemos a la primera cumbre (Mugarriluze, 735 m.). Tras descender ligeramente, y siguiendo siempre el cordal, remontamos de nuevo en un par de rampas algo más duras, para conquistar la cima más importante del cresterío (Kamaraka, 800 m., centenario, por si interesa), en unos 20 minutos desde el collado.

De no haber optado por prolongar la ruta, nos volvemos por el mismo camino, tras haber completado un recorrido gratificante y variado, que a buen seguro habrá satisfecho nuestro gusto por las mañaneras.

Realmente, Arrankudiaga no es un lugar que nos ofrezca actividades muy emocionantes, pero podemos dar un paseíto por el apacible centro, tomar un traguillo o echar un vistazo a alguno de los interesantes puentes que cruzan el Nervión. Prácticamente desde cualquier punto del pueblo tendremos una hermosa vista del monte que acabamos de visitar.

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