viernes, 22 de noviembre de 2013

Kurtzegan

Los montes de Arno constituyen la avanzadilla noroccidental del Parque Natural del Gorbea, y separan los valles de Orozko y Arratia, alargandose desde su culminación en Oderiaga a la vez que van perdiendo altitud. Los pastos de altura cubren las sucesivas cumbres azotadas por los vientos, pero también encontramos en esta sierra diversos restos prehistóricos, entre los que destaca el menhir de Kurtzegan, soberbio monumento megalítico  recientemente restaurado.

Este será el principal objetivo de la marcha que proponemos, aunque las fantásticas vistas y la accesibilidad de las cimas cercanas nos permitirán alargar la ruta a nuestro gusto.


DISTANCIA: 6,7 kms 
DESNIVEL: 450 m. (410-863)  
DIFICULTAD: Baja 6 (4-2-0) 
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Barrio de Sendegi (Orozko)
ACCESOS: De Bilbao a Orozko, autopista A-68 dirección Vitoria-Gasteiz salida Llodio-Orozko. Se toma la dirección a Orozko por la BI-2522 hasta Zubiaur (núcleo principal), donde se sigue hacia los barrios de Ibarra y Artea, y posteriormente seguir las señales hacia Sendegi. Bizkaibus A-3918 Bilbao-Orozko (c/ Bailén) parada Beraza y de aquí seguir hacia Sendegi (casi 3 kms.)
            VIAS: Senderos de tierra y pista de piedrilla
ENLACES CON
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 56-57-63





Sendegi (Orozko)
            Como suele ocurrir, entre el centro urbano de Orozko (Zubiaur) y nuestro punto de partida hay un trayecto de aproximación de cerca de 3 kms. por camino asfaltado, que podemos hacer a pie o en coche. Este tramo no tiene un interés especial, pero hay que hacer dos puntualizaciones. En todo caso, debemos estar atentos a las indicaciones hacia los distintos barrios, porque hay un buen elenco de caminos en todas direcciones. Y, si subimos en coche (ahorrandonos unos 300 metros de desnivel), en el barrio de Sendegi de donde vamos a partir hay muy poco sitio para aparcar, por lo que habrá que buscar con cuidado un hueco para no entorpecer el paso.

            Los dos o tres caseríos del barrio son de piedra y de aspecto sobrio, nada de colorines ni moderneces que podemos encontrar en otros lugares.

Por el pinar
            Tras la última casa, por la izquierda sale un camino que va ganando metros sobre firme de lajas de roca que pueden resultar bastante resbaladizas. Con una alambrada que cierra un prado por la izquierda, salimos enseguida a un sendero, donde giramos a la derecha guiados por un cairn (CAIRN-1), de los varios que iremos viendo.

            Continuamos por este camino, al principio no muy marcado, transitando por un gran pinar. El arbolado no es muy cerrado, y los pinos alcanzan alturas considerables. Aunque los pinares no son el tipo de bosque que más nos gusta, hay que reconocer que éste tiene un encanto especial, porque, por algún motivo, sin que nos hayamos alejado mucho de las zonas urbanas, se siente uno por completo ajeno a todo lo conocido. Y no nos hemos tomado nada raro, que conste.

Tras unos minutos de subida con pendiente muy suave, llegamos a otro cruce con un segundo hito (CAIRN-2). Salimos así a una pista de piedrilla, que tomamos a la izquierda, siempre en subida. Por ella proseguimos, describiendo una curva, hasta encontrar un nuevo desvío (CAIRN-3), como en algo más de un kilómetro desde el inicio. Si nos fijamos bien, aquí en vez de un cairn hay dos, uno a cada lado, indicandonos que es éste precisamente el camino que debemos seguir. Muchas marcas con piedras para señalar los caminos, bastante más de lo habitual, y en un lugar donde abundan restos megalíticos, lo que tiene un algo coherente; pero sobre todo esta multiplicidad nos permite alcanzar nuestro objetivo fácilmente sin necesidad de mapas, GPS ni nada por el estilo.

Vista sobre Orozko
Siguiendo el nuevo sendero, el pinar termina de repente y da paso a un bosquecillo de hayas trasmochas que vemos por la derecha. Justo después pasamos una fuente y en los metros siguientes otras tres más. Empezamos ahora a tener vistas sobre Orozko, con Untzueta y su cantera, y el cordal del Ganeko detrás.

El desnivel sigue siendo moderado, el arbolado se va abriendo y salimos finalmente a cielo abierto hacia las lomas que tendremos que recorrer a continuación. Accedemos a un cruce con otra pista junto a un cartel del parque natural del Gorbeia, y un pequeño aparcamiento en un lugar denominado URIZAR.

Kolometa desde Urizar
A partir de aquí todo resulta muy evidente. Por la izquierda tenemos la larga loma cimera del Kurtzegan, con el menhir al final de la misma visible en algún momento, y la redondeada silueta del Kolometa a su derecha. La pista por la que seguimos va faldeando casi en línea recta, y engaña bastante: no parece gran cosa, pero nos mantendrá en rumbo sureste  y con pendiente muy suave y constante durante cosa de 1,5 kms., que se hacen realmente aburridos y mucho más largos de lo que se podía pensar. A modo de recompensa, por la derecha tenemos hermosas vistas sobre el duro perfil de Sierra Salbada/Gorobel, donde se entreve el anfiteatro sobre el barranco de Delika.

Llegamos por fin al collado Landatxiker, donde giramos a la izquierda para aproximarnos al gran monumento prehistórico, rodeado de un vallado. El menhir, de más de cinco metros de altura, parece ser que estuvo tirado en el suelo y roto en varios trozos durante tiempo indefinido, siendo restaurado en fechas recientes. En esta página se exponen informaciones interesantes sobre el monumento, y en esta otra sobre su restauración.

El menhir, con Itxina detrás

            Si a alguien le interesa nuestra opinión, creo que el pedrusco impresiona más por su origen y significación que por sí mismo, además de que los refuerzos metálicos, no obstante ser necesarios como suponemos, le restan un poquillo de autenticidad. Por supuesto, las extraordinarias panorámicas que rodean el enclave le dotan de una fotogenia especial. Pero de esto hablaremos ahora mismo.

Cordal de Oderiaga desde la cima
            VARIANTE: El collado al que nos hemos referido antes enlaza Kurtzegan con el vecino Kolometa, cuya cima tenemos a la vista y muy próxima. La alcanzamos si continuamos en la misma dirección, lo que podemos hacer por pista y campo a través sin ninguna dificultad. En unos 20 minutos alcanzamos la nueva cumbre, con lo que habremos superado –aunque por los pelos- la cota 1.000 metros. Hacia el sur siguen las otras cumbres del cresterío de Arno (Beluzaran, Ubixeta y Oderiaga, también Odoriaga, la más alta) que podemos ir conquistando sin problema, sólo dependiendo de las ganas o las fuerzas que tengamos.
           
No hemos terminado. Desde el menhir ya tenemos visible la cima, que alcanzamos en breves minutos con sólo ir ganado algunos metros en dirección contraria a la de llegada (KURTZEGAN, 863 m.). No encontramos placa ni buzón, sino sólo una pequeña cruz en bajorrelieve.

Cumbre de Kurtzegan
Y aquí viene lo de las vistas. Junto a la perspectiva anterior hacia Sierra Salbada, tenemos hacia el norte el airoso Untzueta y el Ganeko, el pequeño macizo del Mandoia, Sollube y Jata, Ganguren con sus antenas y muy a lo lejos, el mar. Por la derecha se observan las cimas de Legarmendi y parte del cordal de Anboto. A nuestros pies se encuentra el barrio de Urigoiti y, cerrando la panorámica, las colosales paredes de Itxina, cuyo imponente relieve forma un conjunto mágico con nuestro menhir. Igual ahora entendemos mejor por qué nuestros viejísimos ancestros levantaron el monumento precisamente aquí.

Cumplidos los objetivos, no tenemos más que iniciar el retorno, lo que podemos hacer cumbreando por toda la longitud de la loma para disfrutar un rato más de las magníficas vistas. El despejado descenso hacia Urizar hace inevitable que repitamos la chorradita habitual, a saber: lo que molaría bajar por aquí con los esquís y una buena capa de nieve. (Bueno, hay quien hace estas cosas, incluso en sitios mucho menos accesibles, pero primero hay que tener humor para cargar con el material cuesta arriba)

Y de ahí hasta nuestro punto de inicio, volvemos sobre nuestros pasos en un cómodo y agradable descenso.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Camino '87 12ª Jornada: León - Hospital de Órbigo (30,5 kms.)


(Algo misterioso sigue pasando con los perfiles. Nos andaremos con cuidado, no sea que haya algún espía por ahí)

Quizá a alguien le pareció que, llegados a León, casi todo estaba hecho. Pero ¡oh espanto! si las cuentas no
me fallan, hemos recorrido 313 kms. (bien, quizá los más ingratos), y aún nos quedan 282 hasta posar la mano sobre la efigie del maestro Mateo. Dicho de otro modo, que acabamos de pasar justito la mitad del camino, como indicamos el otro día.

Sólo la mitad.

La merecida jornada de descanso debió servir para reponer fuerzas, además de certificar que la civilización aún seguía existiendo, aprovisionarse de cosillas que faltasen o ayudar a recuperar a los que viniesen más tullidos. Hecho lo cual, y aún con el olorcito de las sardinas en las camisetas, toca ponerse de nuevo a la tarea, que en esta alternancia de etapas brutales y otras más llevaderas, nos toca una bien provista, con más de 30 kms. por delante.  

Si uno se fija en el mapa, el Camino describe un buen rodeo para pasar por León; es comprensible por la importancia de la ciudad, pero añade unos 10 kms. a lo que sería una ruta en línea recta desde Mansilla hasta nuestro próximo objetivo, que no es otro que Hospital de Órbigo.

Lo cual aprovechamos para comentar cómo el Camino tiene a veces trayectorias que parecen caprichosas, desviaciones y cambios de dirección que incrementan la distancia. Aparte de las remotas conexiones con las vías romanas a que aludíamos hace unas jornadas, hay que tener en cuenta que a lo largo de los siglos los peregrinos buscaban la comodidad, sí, pero sobre todo caminos seguros donde no se viesen perturbados por bandidos y cosas así. Y como además la ruta tenía (o tiene, según) un claro carácter religioso, lo normal era ir visitando los principales lugares de culto donde, de paso, a lo mejor era más fácil encontrar cobijo. Y bueno, incluso en 1.987 encontramos, como hemos visto, cierta vinculación entre el elemento religioso y el acogimiento de los caminantes.

Santuario de la Virgen del Camino

El caso es que, saliendo de León, el trayecto vuelve a girar al sureste, marchando ahora en paralelo a la N-120. Enseguida pasamos junto a LA VIRGEN DEL CAMINO, patrona de León, sobre cuya basílica (a la que el narrador se refiere como ‘santuario sencillo con bronces en la portada’) nos ilustra esta página. También por aquí cerca se ubica el polémico aeropuerto de León; pero, claro, hace un cuarto de siglo no estaba, porque es un producto reciente de cierta forma de gastarse el dinero. Como asimismo veremos, en adelante iremos teniendo topónimos ‘del Camino’ a mansalva.

Valverde de la Virgen
El siguiente pueblo es VALVERDE (km. 322), pero éste no es del Camino, sino de la Virgen. Yo creo que la crónica lo confunde con el Valverde del Camino famoso por las botas, pero ése está en Huelva, si mal no recuerdo.

10 kms. más nos sitúan en VILLADANGOS (km. 332), localidad de
Cerca de Villadangos del Páramo
la cual se destaca la iglesia de Santiago. Los kilómetros van cayendo, sobre terreno algo más ondulado y por tanto menos monótono que en las etapas castellanas, pero con el sello del duro páramo leonés. Hay que suponer que, tras iniciar la etapa con fuerzas y ánimos recobrados, no pasarían muchos kilómetros antes de volver a sentir toda la crudeza del interminable camino.

Hay que meterse otros 10 kms. largos, prácticamente en línea recta, para, tras atravesar el pequeño pueblo de SAN MARTÍN, alcanzar finalmente HOSPITAL DE ÓRBIGO (km. 343), estación término por el día de hoy. La pequeña localidad, de unos 1.000 habitantes, está situada junto al río del mismo nombre, y rodeada de amplias extensiones de regadío.

Como su propio nombre indica, el núcleo tiene su origen en un antiguo hospital de peregrinos, que no era precisamente un centro de salud, sino donde se ofrecía hospitalidad, es decir, albergue a quienes se dirigían a Santiago. De hecho se sigue llamando ‘hospitaleros’ a los encargados de los actuales albergues.

Llegando por el puente
La hoja de ruta cita el conocido puente del Paso Honroso, del siglo XII, el origen de cuyo llamativo nombre lo tenemos también aquí. Por cierto, que la Wiki hace una estupenda descripción de lo que nos encontramos: 'Los peregrinos (…) atraviesan el puente del Paso Honroso y continúan recto, encontrando a su derecha la iglesia de San Juan de los antiguos hospitalarios. En la plaza se encuentran las ruinas del antiguo hospital y en el centro hay un crucero de piedra, símbolo que puede verse a lo largo de todo el Camino de Santiago’. 

Y, ya puestos, acabamos la cita anterior: ‘El peregrino continúa su marcha hasta cruzar la carretera y llega a una bifurcación. Desde allí encontrará la carretera hacia Astorga que es el siguiente punto importante de la peregrinación’. Pues hacia allá nos vamos en la siguiente jornada, que Astorga es una localidad encantadora que merece una visita tranquila. Y encima la caminata será asequible hasta para las articulaciones más castigadas.

martes, 5 de noviembre de 2013

Ermua

Clásico entre los clásicos, el itinerario costero que corona el pequeño monte Ermua es un viejo conocido de las excursiones estudiantiles y de los aficionados al senderismo semiurbano, en especial veraneantes de Plentzia y Gorliz.

Aunque en esta ocasión iniciamos la travesía en Armintza, no nos perdemos ninguno de los atractivos de estas rutas litorales: suaves elevaciones de aire montañero, espléndidas panorámicas costeras, acantilados de vértigo, fortificaciones de distintas épocas, bosquetes y praderíos… todo un repertorio para disfrutar mientras recibimos las saludables brisas cargadas de yodo y sal.


DISTANCIA: 8,3 kms 
DESNIVEL: 290 m. (0-289)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5 (2-3-0) 
ITINERARIO: lineal   Inicio: Puerto de Armintza  Final: Playa de Gorliz
            VIAS: Camino asfaltado, senderos de tierra
ACCESOS: Ida:  Metro parada Areeta y Bizkaibus A-3451 hasta Armintza (final). En coche, autopista dirección Mungia. Se toma después la BI-2120 dirección Plentzia hasta Andraka y aquí BI-2153 dirección Lemoiz/Armintza. También por Getxo y Plentzia, siguiendo después hacia Gorliz y Andraka
     Vuelta: Bizkaibus A-3499 o a pie (unos 3 kms.) hasta Metro Bilbao estación Plentzia
ENLACES CON Plentzia-Gorliz  
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 3






Una vista del puerto de Armintza
            Armintza es uno de nuestros rincones favoritos de la costa de Bizkaia. El encantador puerto pesquero, perteneciente al municipio de Lemoiz, acoge a las pequeñas embarcaciones protegiendolas a duras penas del oleaje cantábrico, que no pocas veces consigue levantarse por encima del dique. El tema de las rabas, célebres en todo el hemisferio, habrá que dejarlo para otro día, porque hoy iniciamos aquí el camino, y no es cuestión de arrancar con la caldera muy cargada.

Aunque también podríamos comenzar la ruta en las afueras, desde la misma bajada hacia el puerto el acceso no ofrece dificultad. Tomando la calle que sale por la izquierda, vamos ganando metros entre las casas, a veces esquivando algunos cierres de fincas y, queramos o no, acabaremos dando con un camino asfaltado que sube hacia el hotel Arresi, situado en una soleada ladera. Continuamos todavía ascendiendo por al asfalto hasta pasar un caserío en una curva, donde nos ladrarán unos cuantos perros –aunque, que sepamos, no suelen andar sueltos.

Camino bajo los eucaliptos
A partir de aquí el camino pronto pasa a ser de tierra y pasamos junto a otra casa, para cruzar después una valla metálica. Transitando ya bajo amplios bosques de eucaliptos, dejamos por la izquierda un camino que también se dirige al Ermua, aunque por una ruta más interior. Ignoramos después otros dos desvíos por la izquierda, y el camino gira de nuevo hacia Armintza, donde entre los árboles se entreve parte del puerto.

Vamos después recorriendo una ladera que bordea el curso del arroyo Urtzuriaga en dirección Oeste, con nuestro objetivo al fondo, hasta que cruzamos el cauce y cambiamos otra vez de dirección. Enseguida nos encontramos en un CRUCE junto a una casa solitaria, con algunas vistas hacia levante, por donde se distingue con claridad cabo Matxitxako. Aquí cogemos el camino de la derecha, descarnado y pedregoso, siguiendo un tramo recto y algo más empinado.

Llegando a Etxandarri
En unos minutos el abundante arbolado se va abriendo y se ve que nos aproximamos al borde de los acantilados. Efectivamente, nos encontramos en una especie de mirador junto al imponente peñón de Etxandarri, que se yergue desafiante ante el mar abierto.  

VARIANTE: Aunque no lo hemos comprobado, nos dicen que es posible acceder desde el camino a lo alto de este promontorio, lo que deberá hacerse con las lógicas precauciones en lugar tan fuertemente batido por los vientos.

Vistas al Este: Jata y Matxitxako
Nos volvemos hacia el interior, en lo que claramente es la aproximación a la cumbre, bordeando las laderas hasta encontrar el acceso. Esta parte es prácticamente llana y el suelo es de tierra arenosa y muy compacta. Finalmente, encontramos el cruce bueno con la pista que viene por la izquierda, que es la ruta interior que desechamos al principio. Aquí cogemos a la derecha un senderito que asciende entre arbolado propio de estas zonas marítimas y, en pocos metros, tenemos a la vista el vértice geodésico (MOJON), situado sobre una especie de
Mojón
refugio de piedra. Su utilidad se entiende bien en días de meteorología complicada, cuando sufrimos rachas de viento y repentinos aguaceros en estos inhóspitos parajes.

En aproximadamente una hora habremos alcanzado el mojón, pero nos faltan los buzones. Empezamos a bajar suavemente, y hay que estar un poco atentos para encontrar un senderito que sale por la derecha: en unos pocos metros nos
Buzones
conduce a un pequeño escarpe y mirador (ERMUA, 289 metros) donde se localizan dos buzones y una reproducción del faro de Gorliz (o Billano), justo por delante del auténtico, que también tenemos a la vista.

En realidad, estamos algunos metros por debajo del mojón, que sería así la auténtica cumbre; pero en todo caso, las vistas son mucho mejores desde aquí, con una hermosa perspectiva de la costa occidental de Bizkaia y una buena porción de la cántabra.

Isla Billano
De nuevo en el sendero, atravesamos una pequeña mancha del encinar que seguramente en épocas más o menos remotas debió dominar gran parte del litoral y, por la derecha, entre el pequeño arbolado que nos separa de los acantilados, disfrutamos de una excelente vista de la isla de Billano, que seguiremos teniendo a tiro de cámara todavía un buen rato (buenas fotos en  flickr)
.
Vamos poco a poco perdiendo altura y salimos a terreno más abierto, pasando una puerta, a unos amplios prados con un vallado. Estamos en el barrio de FANO, en realidad un par de caseríos
Plentzia y Barrika, desde Fano
(Fagoatze y Fagoaurre) junto a los que hay (a nuestras 2) una especie de colladito que enlaza con Legorarri, la pequeña elevación bajo la cual se encuentra el faro.

Ascendemos esta loma, pasando otra puerta y dejando por la izquierda un murete de piedra, para empezar a bajar. El sendero hacia el faro es muy estrecho y pedregoso, un descenso que conviene hacer con calma, durante el que disfrutamos de nuevas perspectivas sobre la isla de Billano, la cumbre ya visitada y la también conocida atalaya de Etxandarri. Poco más abajo, emerge tras el monte la blanca silueta del faro.

 
Acantilados



Aparece el faro





Ya casi finalizado el descenso, una sendita por la derecha nos permite echar un vistazo a uno de los bunkers que forman la fortificación de costa que se extiende por distintos puntos del cabo.

Llegamos así al FARO, una blanca y esbelta construcción de 20 metros de altura que data de 1.990. Merece la pena dedicar unos minutos a merodear por sus alrededores: tenemos muy cerca el abrupto islote que nos ha venido acompañando, y podemos ir identificando los sucesivos accidentes costeros desde el puerto de Santurtzi hasta el lejano cabo de Ajo, muy próximo a Santander. También podemos explorar los túneles y baterías que se extienden por la parte baja, y contemplar a los pescadores que se ubican en las rocas de la punta misma.

Camino hacia Astondo
Tomamos ahora la carretera asfaltada en descenso, pasando un puente que observaremos mejor desde la distancia, un poco más adelante. Estamos ahora en la ruta inversa a la descrita en la entrada Gorliz-Cabo Billano, y en pocos minutos nos iremos tierra adentro, aunque no por mucho tiempo.

Desvío
  Enseguida encontramos un DESVIO señalizado por la derecha, por donde abandonamos la carretera. Siguiendo las direcciones a Astondo y Azkorriaga, continuamos por un camino de tierra –quizá con algunos tramos algo embarrados- que discurre entre dos vallados.

VARIANTE: Si queremos simplificar la ruta, y acortarla en unos 500 metros, en vez de tomar el desvío, no hay más que seguir por el asfalto, según lo indicado en el link anterior, para salir directamente a Astondo, junto a la parada del autobús.

Vamos ahora retornando hacia la fachada marítima, ascendiendo suavemente al alto de Kukulu (Larragan según otras fuentes). Siempre con la alambrada de la Granja Foral a nuestra izquierda, avanzamos a campo abierto con la inmensidad del Océano bajo nuestros pies. Pronto superamos la redondeada tachuela y empezamos a bajar de nuevo. De frente contemplamos Barrika y la punta de Gaztelu, y por la derecha el afilado cabo en que se sitúa el fortín de Azkorriaga, que también podemos acercarnos a curiosear. 

Esta parte de la excursión, que se refleja parcialmente en este videonos proporcionará sensaciones completamente diferentes según el momento: nos hará estremecer en días de temporal, sufriremos cuando apriete el sol y no acompañe la brisa, y será una experiencia deliciosa a última hora de la tarde… siempre que no sea en verano, que entonces está demasiado concurrido.

Camino hacia Astondo
La bajada es moderadamente fuerte hasta el desvío hacia Azkorriaga, y después volvemos a recuperar metros, esta vez por un sendero que avanza bastante cerca del acantilado, donde hay que andar con algún cuidado cuando arrecia el viento. Aunque, como en toda esta parte de la costa, hay senderillos que bordean los cortados, es mejor no perder el camino principal. Tenemos ahora al lado la espectacular cala de Askibilla, mientras ascendemos el montículo denominado Antikera o Antekera.

Encima de la bahía
Casi de inmediato volvemos a encontrarnos protegidos por arbolado, nuevos reductos de encinar, por donde seguimos un tramo casi recto. Por sendero más bien arenoso, pero netamente montañero, perdemos unos metros hasta alcanzar unas escaleras por las que accedemos finalmente al paseo marítimo de Gorliz, donde damos por finalizada la travesía.

Estamos en Astondo, en el extremo norte de la maravillosa bahía, con el monumento al Dr. Areilza por la derecha, y las dunas fósiles por la izquierda, junto a las que se sitúa la parada del Bizkaibus que indicamos en ‘Accesos’. Y, aunque nada nos impide volvernos para casa sin más, tampoco se podrá podrá negar que, si el tiempo acompaña, un bañito en esta fantástica playa sería la coronación perfecta para nuestro paseo del día.

Y no hablemos ya de potes o cosas por el estilo, que esto requeriría un post enterito. Igual un día lo hacemos.