sábado, 27 de julio de 2013

Travesía de Sasiburu

La cordillera de Sasiburu discurre paralela al curso del Kadagua, como desprendiendose de la impresionante mole del Eretza, hasta morir suavemente en el municipio de Barakaldo. Sus sucesivas cimas apenas alcanzan los 500 metros, y el cordal señala la divisoria entre la localidad fabril y Alonsotegi. Pese a su modesta altitud, su privilegiado emplazamiento ofrece magníficas panorámicas sobre el Gran Bilbao, el barranco del Regato y el muy cercano Argalario, los montes de Triano y buena parte del macizo del Ganekogorta.

La travesía que exponemos es una clásica ruta montañera que, sin excesivo esfuerzo, recorre estas pequeñas cumbres, compartiendo la parte inicial con el tradicional trayecto de los romeros que desde Barakaldo se aproximan cada año a la ermita de Santa Águeda, situada en la falda de estas amables elevaciones. Parcialmente compartimos también el trazado del PR BI-101

            DISTANCIA: 13,2 kms 
DESNIVEL: 520 m. (40-560)  CENTENARIO (Arroletza y Ganeroitz)
DIFICULTAD: Media 12 (5-5-2)  Desnivel acumulado / Rampas del 20-30%
ITINERARIO: lineal  Inicio: Metro Cruces (Barakaldo)  Final: Lazkao-Zaramillo (Gueñes)
VIAS:  Urbanas, carretera, senderos y campo a través
ACCESOS: Ida: Metro Bilbao estación Cruces/Gurutzeta
                 Vuelta: Bizkaibus A3311, A3342 y A3342 parada Lazkao Km. 11
ENLACES CON Eretza, Peñas Blancas
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 24-32-33





            Antes de empezar hay que hacer un par de apuntes. Si uno mira el mapa y el perfil de aquí arriba puede tener la sensación de que estamos ante una versión bizkaitarra del Ironman. Nada más lejos. Estamos hablando de desniveles máximos de 400-500 metros, o sea, montecitos de dominguero. Y aunque haya muchos triangulitos amarillos, algunas de nuestras cimas son casi imperceptibles. Cierto que el sube-baja casi continuo nos hará sudar un poco, pero bueno, para eso estamos en un blog de senderismo, o cosa similar.

También habrá observado el lector despierto que ponemos ‘enlace con’ el Eretza, de lo que agudamente puede deducirse que el plato realmente fuerte del menú lo dejamos como opción, así que el conjunto queda de esta forma rebajado a algo muy asequible.

Y vamos ya con ello.

            Del asfalto al monte

Arrancamos de la plaza de Cruces en Barakaldo, justo al lado del hospital, lugar inmejorablemente comunicado por carretera, bus o Metro. Por un costado del edificio sanitario tomamos la calle La Paz, que emerge de debajo de la plaza, para cruzar la pasarela sobre la A-8. Junto a la rotonda que encontramos podemos distinguir un cartel color lila que indica hacia Santa Águeda (izquierda), por donde seguiremos.

Llegando a Basatxu
Tras una suave subida, el camino se bifurca y hay que tomar la vía que sigue por la derecha en dirección hacia Osalan, entre otras indicaciones. Seguimos subiendo y vemos un depósito de aguas gris por la derecha, con las primeras vistas sobre Bilbao y la ría. Junto al depósito hay otra bifurcación, donde tomamos el camino de la izquierda, con desnivel algo más pronunciado. Por aquí seguimos hacia sucesivas casas dispersas, ladeando con vistas a las estribaciones del Arroletza, que tenemos de frente. Llegamos así al barrio de Basatxu, junto a otro gran depósito verde, con un mojón del Camino de Santiago.

Accedemos a una carretera que cruza de izquierda a derecha. Desviandonos por la izquierda nos dirigiríamos hacia Santa Águeda y, dando un pequeño rodeo, enlazaríamos con nuestra ruta; pero vamos a
Inicio del sendero
buscar una alternativa más interesante. Prácticamente de frente según hemos llegado tenemos que buscar un senderito no muy visible (SENDERO) que se interna en el monte bajo arbolado, y por él seguiremos, ganando metros con suavidad mientras atajamos.

Tras el largo trayecto de asfalto, resulta reconfortante progresar por este caminillo más bien agreste y montañero, con el firme de roca pelada bastante resbaladiza, que avanza por lo que parece un lindero entre dos fincas. La subida es divertida aunque requiere cierto cuidado si el suelo está mojado. Desembocamos así en una pista de cemento que viene desde Santa Águeda, y que tomamos hacia la derecha, para continuar subiendo cómodamente. Ahora seguiremos el trazado de la entrada Arroletza.

Argalario y embalse de Gorostiza
Vamos describiendo una amplia curva por la ladera, con excelentes vistas, dejamos por la derecha un caserío y cruzamos un destartalado paso canadiense. Junto a una campita donde se suelen aparcar coches, el firme pasa a ser de piedrilla, y encontramos por la izquierda el sendero de tierra (DESVIO-1) que hay que tomar para abandonar el camino principal. La pista que dejamos irá recorriendo toda la sierra por su vertiente norte, a espaldas de las cimas, y nos la volveremos a encontrar bastante más tarde.

 
Pala del Arroletza y vista sobre la ría
Pasamos ya a zona verde en una especie de pasillo entre arbolado, y enseguida desembocamos en el collado de La Llana, al pie del Arroletza, la primera de las cumbres de la jornada, y quizá la que más esfuerzo nos va a requerir. Aquí nos reunimos con el trazado del PR BI-101, cuyas marcas nos acompañarán durante un buen rato. Junto a un poste con señales atacamos la larga rampa que, siguiendo los postes amarillos de un gaseoducto, se encamina a la cima. La pala, dividida en dos tramos, discurre a pleno sol y no da tregua, así que conviene llevarlo con calma y, como siempre decimos, buscar el ritmo adecuado a cada uno.


Cima
Una vez arriba, encontramos de frente una especie de misterioso cercado con un seto y unos bancos en su interior (un día haremos un catálogo de las cosas raras que vamos descubriendo) y por la derecha, sobre un pequeño roquedo, la cima con su buzón (ARROLETZA, 454 m.), y nuevas panorámicas que podemos admirar mientras recuperamos el resuello.


          A tachar cimas

Tomamos el senderito bien marcado que sigue en dirección Oeste, ladeando siempre con estupendas 
Tellitu
vistas y prácticamente en llano. Hay que estar atentos, porque una traza de sendero que sale por la izquierda nos conduce enseguida, y casi sin darnos cuenta, a la segunda cima (TELLITU, 458 m.) que, a falta de buzón, sólo cuenta con una especie de mugarri y un modestísimo cartelito. Aunque supera en unos metros al Arroletza, ni siquiera aparece en algunos mapas.

A partir de aquí tenemos un entretenido tobogán con varias subidas y bajadas, y la poderosa imagen del Ganeko y sus
Sasiburu frente al Ganeko
estribaciones norteñas siempre a nuestra izquierda, al otro lado del valle. El último de los repechos nos coloca directamente en la tercera minicumbre SASIBURU (459 m.), punto estratégico que merece unos minutos de atención. Unos metros bajo el mojón y el simpático buzón, encontramos una mesa de orientación que mira directamente al Kadagua y el Ganeko. Pero además, en la dirección que llevamos desde hace un rato (Oeste) podemos divisar el resto de la ruta montañera que nos espera, con todos sus hitos bien visibles, como en la foto:


La elevación que tenemos más próxima es el espolón rocoso de Ezpelarri, una airosa y solitaria cresta que parece incrustada en la ladera, unos 100 metros por debajo de donde estamos. Desde Sasiburu tiramos para abajo por la vía directa, sin camino, en un descenso potente entre algunos helechos, piedras y pequeño matorral. Sólo al final encontramos una trocha que nos facilita un poco la última parte de la bajada.   

Ezpelarri desde Sasiburu
Llegamos así a la base de las peñas, que hay que rodear para atacar la cima por el lado del valle (EZPELARRI, 362 M., también llamado Peña del Buitre).

VARIANTE: Lo cierto es que la cresta es bastante más vistosa desde la distancia que in situ, donde tampoco mejoramos las perspectivas que teníamos desde Sasiburu. Y considerando que la visita nos obliga a bajar primero y recuperar después esos 100 metros, de no ser que tengamos interés en coleccionar cimas, tampoco perderemos nada si nos saltamos ésta. En tal caso, en vez de descender desde Sasiburu en dirección a la peña (sur), lo haremos hacia el verde collado Salgeta (Oeste) que tenemos a la vista, con la pista que viene junto al cordal, tomando uno de sus brazos como en adelante se indica.

Desde Ezpelarri hay que tomar un muy visible sendero de tierra por el que remontar casi la totalidad de la altitud que hemos perdido desde Sasiburu. Por el lado contrario al de llegada descendemos un poco más para cruzar el arroyo Ezpelarri (a menos de 350 m.), con un abrevadero-bañera, y tomamos la nueva subida. A mitad de la ascensión hay una bifurcación (DESVIO-2), en la que tomamos el camino de la izquierda, que sube con más fuerza y recorta unos metros el recorrido.

Salimos así, tras un tramo más o menos duro, a la conocida pista que va bordeando toda la cordillera, y que habremos alcanzado directamente bajando de Sasiburu si no nos hemos acercado al espolón. En unos pocos metros abandonamos de nuevo el amplio camino para dirigirnos directamente hacia la ya visible cruz de
Cruz de Goikomendi y montes de Triano
Goikomendi. Por cierto, en la verde campa a su derecha se observan dos hoyos casi perfectamente circulares, como si procediesen del impacto de dos obuses.

En la zona conocida como el Copetillo, pasamos un cruce con el camino que sube desde Zamundi (DESVIO-3) y, casi en línea recta y siempre en dirección Oeste, superamos otra suave pendiente, pegada a una valla, y alcanzamos la blanca cruz (GOIKOMENDI, 391 m.), cuyo nombre correcto parece ser el de Humilladero (aunque la Cartografía de Bizkaia lo llama Karabiñabi). Puede que ni siquiera se trate de una cima como tal, pero es un lugar bien identificable por cualquiera que conozca la zona, y además nos ofrece muy hermosas vistas prácticamente en todas direcciones.

Peñas Blancas
De nuevo bajamos hacia la pista, que ahora cruzamos en dirección a un sendero terroso que se interna en el karst de Peñas Blancas, que tenemos de frente. El avance por el roquedo es sencillo y divertido, bien buscando los pasos más sencillos, o siguiendo algunas marcas amarillas que nos guían a través del lapiaz. El último tramo es algo más empinado y discurre mayoritariamente por la hierba. Justo antes de alcanzar el pequeño promontorio rocoso donde se ubica la cima, encontramos la profunda hendidura de una cueva, que también podemos explorar rodeandola por un costado para encontrar el acceso. Con cuidado de no dejarnos un tobillo en las grietas y surcos que se extienden por todas partes, llegamos así a la nueva cumbre (PEÑAS BLANCAS, 469 m.).

Ganeroitz, y para casa (o seguimos?)

Nos queda el postre: la subida al Ganeroitz por la vertiente oriental, una verde ladera que, sin variar el rumbo que llevamos todo el tiempo, tenemos a la vista, con arbolado por la izquierda y la pista, que continúa por la derecha… y que en cualquier momento podemos tomar como escapatoria si el trayecto se nos hace demasiado exigente.

De la cima de Peñas Blancas bajamos campo a través y cruzamos en perpendicular un camino para acometer el ascenso por la despejada rampa. Conviene tomarlo con tranquilidad, porque la pendiente ronda el 30%, y nos puede pesar la distancia y desnivel que ya llevamos encima. El perfil es algo más benévolo por el lado derecho, aunque por la izquierda, cerca de un vallado, encontraremos algo de sombra. Tras unos minutos de esforzada subida, atisbamos ya en lo alto el mojón, el lauburu y los buzones, con el Eretza emergiendo detrás en una imagen fantástica.

Hemos alcanzado la última cumbre del día (GANEROITZ, 560 m., también conocido como Apuko), asimismo con espectaculares panorámicas: el macizo del Ganeko por el sur, Argalario y los montes de Triano hacia el norte, gran parte de la ría y el Abra, y por supuesto, el hermano mayor, el Eretza, dominando el horizonte hacia el oeste.

Ganeroitz (Apuko)
VARIANTE: Aparte de la ruta que indicamos después, desde el Ganeroitz tenemos diversas opciones para terminar la marcha. Si queremos regresar al punto de partida, la más fácil es bajar a la pista que nos ha venido acompañando y, prácticamente en llano y faldeando toda la cordillera, volvemos sin esfuerzo al punto en que la abandonamos al principio (DESVIO-1) para regresar a Basatxu y de ahí a Barakaldo. O también, descendiendo la última rampa por el ligar de subida, tomar la pista que habíamos atravesado hasta el cruce de señales (DESVIO-3) y de ahí bajar a Alonsotegi por Zamundi (ver camino de vuelta en la entrada Peñas Blancas)

Aunque podemos deshacer la subida por el mismo trayecto para retomar la pista, atajaremos bastante descendiendo por la vertiente norteña. Según empezamos a bajar, vamos desviandonos hacia la izquierda hasta encontrar otra rampa herbosa que cae con pendiente muy pronunciada. Por ella seguimos, descendiendo vertiginosamente entre pequeños matojos y helechos, para salir nuevamente a la omnipresente pista, que ahora tomamos hacia la izquierda.

En unos minutos de suave descenso llegamos a un cruce (DESVIO-4), donde tomamos una pista de cemento por la izquierda. Ya en un tranquilo paseo llano, pasamos una solitaria casa, un pajar y una sima minera, para alcanzar el pequeño barrio de Saratxo, con su ermita de San Sebastián en una campita por la izquierda.

Ermita de San Sebastián en Saratxo
Atravesamos el barrio para salir a la carretera en una curva, y aquí tenemos que detenernos un momento. Normalmente, en este punto tomamos la carretera que desciende por la izquierda para, en cosa de 3 kms. alcanzar la carretera general donde finalizamos la ruta. Sin embargo, la última vez que estuvimos por allí, este acceso estaba cortado por obras, y no sabemos si era practicable a pie. Se había habilitado un desvío por la derecha, en ligera subida, que daba un rodeo algo mayor, aunque finalizaba en el mismo sitio. Así que, dependiendo del estado actual de esa vía, deberemos optar por uno u otro camino.

VARIANTE: Ahora sí, a los que se les haya quedado pequeño el trayecto, pueden resarcirse subiendo al Eretza, el boss de la zona, que hace de vértice entre la cordillerita que hemos recorrido y los montes de Triano. El camino empieza precisamente en la carretera nueva que acabamos de describir (subiendo por la derecha al salir de Saratxo) y está descrito en la entrada Eretza. Así que el que quiera algo de monte serio, éste es su momento.

Si se puede transitar por la carretera tradicional, el descenso es más directo; por la nueva la distancia es algo mayor, debiendo girar a la izquierda (siempre en bajada) en el primer cruce, y describiendo lazos más amplios. Finalmente los dos caminos se reúnen, para llegar a un cruce junto a unas casas, donde tiramos por la derecha para descender los últimos metros hasta la carretera general, donde damos por finalizada la ruta.

Frente al centro comercial Km. 11 está la parada del Bizkaibus o, si preferimos el tren, siguiendo unos 500 metros hacia la izquierda, llegamos a Zaramillo donde, además de encontrar algún bar, tenemos una parada de FEVE para volver a Bilbao.

La excursión es ideal para conocer toda esta agradable sierra de una tacada con un grado de esfuerzo muy asequible. Pero también para chulearnos con los colegas de que hemos hecho una travesía y coronado siete cumbres… aunque sin mencionar que estamos de vuelta en casa a la hora de comer.

domingo, 21 de julio de 2013

Camino '87 8ª Jornada: Frómista-Carrión de los Condes (18 kms.)


Para la expedición santurtziarra encontrarse en el Camino francés debió ser algo relativamente emocionante. Por fin estamos en una ruta que alguien más sabe por dónde discurre, además de en un itinerario histórico. Así, nuestros peregrinos no sólo han dejado de partir à la découverte, sino que en adelante irán detectando signos (un mojón, la típica vieira, quizá las flechas amarillas) de encontrarse en la ruta jacobea, lo que debe tener algún componente psicológico beneficioso, en plan ‘ya no estamos solos del todo’.

El cambio se pone de manifiesto de inmediato: tras siete días de trato únicamente con la gente de los pueblos (añadimos que seguramente perpleja ante semejante comitiva), ‘a partir de Frómista, ya en el Camino francés, la relación se hizo intensa, enriquecedora con gentes de todas las naciones y del resto de comunidades’. Así que nuestros solitarios amigos pasan a sentirse confortados por contar con compañía, aunque fuese realmente limitada. Recordamos (ver datos en la primera entrada) que el número de peregrinos en todo el año 87 no llegó a los 3.000 (includio nuestro grupo), frente a los 150.000 de la actualidad.

Por si fuera poco, subrayan que en adelante ‘siempre nos dieron un refugio a cubierto’, lo que parece dejar claro que en el tramo anterior hubo alguna que otra noche al raso. Bienvenidos pues a un mundo nuevo.






Saliendo de Frómista hacia poniente, el Camino sigue la trayectoria de la P-980 (o mejor dicho, ésta sigue la trayectoria de aquél), llegando en 4 kms. a POBLACIÓN DE CAMPOS (km. 209,5) y poco después a REVENGA (km. 213) y VILLARMENTERO (km. 215), ambos también ‘de Campos’.

Aunque giramos ligeramente a NW, el paisaje sigue dominado por las interminables llanuras atravesadas en línea recta, ‘escoltados por trigales rubios y cantos de codorniz’, como señala el relator en otro ramalazo poético. Pero por aquí contamos unos cuantos pequeños cauces fluviales y algunos canales, que hacen reverdecer un poco el paisaje, con regadíos y algunos árboles, álamos, chopos y cosas por el estilo. El relato añade así que ‘de vez en cuando aparecía una fuente y rápidos canales de agua para el regadío rompían la monotonía del camino’.

Es probable que al menos parte del trayecto lo hiciesen por la misma carretera, porque el acondicionamiento de muchos tramos del Camino al margen de la calzada es algo bastante posterior.

En otros 4 kms. alcanzamos VILLALCÁZAR DE SIRGA, también conocido como Villasirga (km. 228), donde se hace una pausa, con visita a la iglesia de Santa María la Blanca, uno de esos edificios que impresionan por su envergadura en poblaciones tan pequeñas.

Santa María de Villasirga




Pero la parada tiene un foco de interés inesperado. Como lo atestigua el curioso sello que aparece en la credencial, se dejan caer en un establecimiento llamado ‘Pablo el Mesonero’, lo que evoca sitio bien castizo y agradable. No sólo eso, sino que cuentan cómo el tal Pablo ‘nos obsequió con sopas de ajo regadas con el licor del peregrino’, nada menos. No hemos probado ese licor (habrá que
solucionar eso), pero seguro que luego las piernas irían más ligeras, o al menos el espíritu llevaría otro ritmo. Tampoco sabemos si el mesonero seguirá en activo pero, de cualquier forma, le enviamos el afectuoso saludo de nuestros amigos de Santurtzi, que pasaron por allí hace un cuarto de siglo.




Y, casi sin tiempo para más, llegamos a CARRIÓN DE LOS CONDES  (km. 222,5), fin de etapa. Es una localidad de mayor rango que la mayoría de las visitadas, y capital de la Tierra de Campos que nos viene cociendo a fuego lento durante tantos kilómetros. El pueblo es francamente agradable, a orillas del río Carrión, que le da frescor y verde, y sobre el que se levanta un hermoso puente de piedra. Algo sobre su historia podemos leer en esta interesante página.

Puente sobre el río Carrión
Pasado el trago de los 200 kms. iniciales, parece que el narrador está de mejor humor y pone más empeño en las citas culturales. Así, cita ilustres personajes de la localidad (y en esa época, sin tirar de Wikipedia), como el marqués de Santillana y el también poeta Sem Tob. Y apunta también una buena lista de edificios históricos, como Santa María del Camino, la iglesia de Santiago o el monasterio de San Zoilo.


Monasterio de Santa Clara

Y ya que la jornada trae sorpresas, una más. Nos dicen que en el monasterio de Santa Clara hay ‘dos religiosas vascas, una sobrina de D. Miguel de Unamuno con 89 años y otra de 79, hija de un médico de Zalla’, las cuales, armadas de órgano y acordeón, les deleitaron con ‘canciones de nuestra tierra y sonidos celestiales de su órgano barroco’. Vaya tela.

Parece que finalmente quedan albergados en el refugio parroquial, tras una etapa que debió parecerles un paseo por el campo: distancia muy discreta, sin desniveles y con más gente, aunque fuese poca, compartiendo aventura. Y encima, con gastronomía de Pablo el Mesonero y banda sonora de las monjas vascas. Inolvidable.

lunes, 15 de julio de 2013

Camino '87 7ª Jornada: Melgar de Fernamental-Frómista (27,5 kms.)




De Melgar salimos rumbo oeste por la N-120 (carretera Burgos-León). Tras cruzar el canal de Castilla, en unos 6 kms. llegamos a OSORNO (km. 188). Hay que suponer que un tramo así, realizado de buena mañana y por terreno llano, se hace casi sin sentir, como para alcanzar esta población a la hora del desayuno. De repente, veintitantos tíos con buen saque entrando en una cafetería desierta a primera hora de la mañana de un día de julio; debía resultar llamativo, y de paso, hacer la caja del día en un ti-ta.


Asunción de Osorno
Parece que se dedica un tiempo a las visitas culturales, porque se apuntan varios lugares de interés, como la iglesia renacentista del siglo XV (debe ser la de la Asunción, que en realidad es románica), con su notable pila bautismal. Se cita también la ermita de la Virgen de Ronte (s. XIII), que se encuentra a más de 1 km. del casco urbano, con lo que –de igual forma que en Villarcayo- parece que pudo haber una excursión extra en busca de hitos culturales. ¿O a lo mejor esto lo hicieron sólo algunos, mientras los demás disfrutaban del cafecito y el croissant?

Sea como fuere, la ruta que sigue nos deja un poco descolocados. Desde Osorno, bastaría con seguir el trazado de la Nacional que traíamos para en unos 15 kms. llegar a Carrión de los Condes, donde enlazamos con el Camino francés, que es el objetivo.
Mapa del rodeo

Sin embargo, la expedición gira al sur  para tomar la N-611 en dirección a Frómista. La distancia en la jornada será aproximadamente la misma, pero alcanzaremos el Camino bastante más atrás, con lo que deberemos caminar en total unos 20-25 kms. adicionales, es decir, un día más de camino. No sabemos por qué no se siguió atajando como hasta ahora, quizá para visitar algún punto concreto, o para cuadrar mejor las etapas. 

No sería mala cosa que algunos de estos chicos (bueno, que eran chicos allá por el 87) se pasase por aquí a aclarar el enigma, y de paso contarnos si fueron conscientes del extraño rodeo y si se rebotaron por ello (o cuánto).
 
Amapolas en Marcilla de Campos




Carretera hacia Frómista





El caso es que, circulando ya de pleno por Tierra de Campos, según cuentan, bajo un ‘sol abrasador’, vamos pasando SANTILLANA y MARCILLA en tramos similares de entre 5 y 6 kms., siempre por planicies infinitas, hasta alcanzar finalmente FRÓMISTA (km. 204,5) (ponemos el enlace a la Wiki porque la web municipal no rula).

Del patrimonio histórico de la pequeña localidad palentina se destacan las iglesias de Santa María del Castillo y San Pedro, pero no se cita a San Telmo, aquí nacido y paradójicamente vinculado a las gentes del mar.

Y parece que el extraño derrotero que hemos descrito antes no fue una anomalía aislada, sino que al narrador también se le debió nublar el entendimiento por estos parajes, porque tampoco hace referencia a la iglesia de San Martín de Tours, que no sólo es uno de los templos románicos más notables del Camino, sino justamente donde parte del grupo posa en esta foto:
 


El sello de la credencial indica que se alojaron en el ‘Hospital de Palmeros y de Santiago’, cuyo posavasos reproducimos aquí, antes de devolverlo a su procedencia (notese el número de teléfono). Lo de ‘palmeros’ no se refiere a los Chichos (inevitable), sino que se llamaba así a quienes peregrinaban a Jerusalén; y la referencia a Santiago muestra a las claras que ya estamos en el Camino francés.

En esta interesante página de Lalaviajera se detallan algunos otros lugares de interés de la localidad, como las espectaculares esclusas del Canal de Castilla, que nos vamos encontrando en diversas ocasiones.

ooooooooooooooooooooooooooooooOOOooooooooooooooooooooooooooooo

De modo que aquí finaliza el primer tercio de la ruta que se inició en Santurtzi una semana atrás, con lo que podemos hacer balance. 


Dice el cronista que ‘se realizó en siete días según estaba previsto’, lo que introduce la leve sospecha de que en algún momento el objetivo pudo estar en peligro. Y asegura que estos 200 kms. fueron ‘sin duda la parte más penosa de la marcha’, con la acumulación de inconvenientes que hemos ido contando. Pero subraya una vez más que  lo más duro fue la ‘falta de mentalización’, donde podríamos incluir la dificultad para asumir las múltiples incomodidades y el inmenso cansancio que se va retroalimentando y, sobre todo, la enorme carga de mantener una actividad diaria, constante, que parece que nunca va a tener fin.

Yo creo que este proceso de mentalización no se acaba de culminar del todo nunca; pero la única forma de ir progresando en él es simplemente poniendose en marcha cada mañana, continuando adelante aun cuando las fuerzas parecen abandonarnos.

Desde mi punto de vista, esta primera fase de la aventura es la más interesante, precisamente por discurrir por zonas alejadas del Camino tradicional, y constituir por tanto una experiencia que podría considerarse única.

En adelante, espera la ruta jacobea más reconocible, el Camino, siempre duro e intenso, que quizá a muchos de los lectores les recordará cosas que han visto y sentido.

jueves, 4 de julio de 2013

Altamira

Las estribaciones más orientales de la cordillera de Artxanda-Ganguren han sufrido un menor grado de humanización que el resto de la sierra, especialmente la zona más cercana a Bilbao. Quedan por tanto algunas manchas boscosas, áreas que conservan su carácter agrícola y algunos caminos más o menos solitarios.

En las suaves laderas en cuyas faldas se asienta el municipio de Galdakano se ha habilitado un recorrido cargado de historia y que incorpora elementos culturales de interés. Un tranquilo paseo permite descubrirlos, mientras transitamos entre viejos pinares y la periferia rural de la localidad.


DISTANCIA: 5,8 kms 
DESNIVEL: 160 m. (72-232)
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0)
ITINERARIO: circular Inicio y final: Parque Ardanza (Galdakano)
VIAS: Urbanas, carretera, camino asfaltado y de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao, en coche, por la N-634 dirección Donostia, hasta la rotonda con la indicación Galdakao-centro. Aquí se toma la calle Juan Bautista Uriarte (principal), recto hasta el parque lehendakari Ardanza. Bizkaibus (diversas líneas) paradas Juan Bautista Uriarte y Zabalgane
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 34
  
 




Parque Ardanza
           Muy cerca del centro de Galdakano, el parque Lehendakari Ardanza, vistoso y con varias esculturas, salva el desnivel hasta la hermosa iglesia de Santa María (Asunción). Junto al templo hay una fuente y, si la memoria no nos traiciona, un monumento al montañero. Según hemos ascendido la ladera, tomamos hacia la izquierda la calle Juan Bautista Uriarte, que discurre junto a la iglesia.

            Vamos tomando rumbo norte, hacia el monte, pasamos una rotonda y después un puente sobre la autopista, para seguir por la calle Elexalde, siempre en subida moderada. Dejamos por la derecha el cementerio y continuamos entre casas unifamiliares de construcción reciente y algún caserío de buen porte. Las vistas son excelentes sobre el sur, Malmasín, la cordillera del Paga y el Ganeko, con un imponente perfil.

Iglesia de Andra Mari
Por la izquierda sale una calle enlosada en piedra que debemos tomar, pasando después junto a un colegio. Vamos siempre ganando altura, y llegamos a la plazoleta de la iglesia de ANDRA MARI, junto a algún restaurante.

VARIANTE: En realidad este puede ser perfectamente el punto de inicio del recorrido, y de hecho es el que señala la ruta digamos oficial, pudiendo accederse en coche -incluso algo más adelante. Sin embargo, hemos preferido partir del casco urbano, aparte de por conocerlo algo más, porque de esta forma la ruta finaliza cuesta abajo, que siempre resulta más cómodo.

Seguimos subiendo junto a unas instalaciones deportivas y accedemos a un camino vecinal asfaltado que irá pasando junto a diversos caseríos. Dejamos un desvío por la izquierda y vamos teniendo cada vez mejores vistas. Llegamos así a una extraña EXPLANADA, con una especie de graderío a la izquierda,
Explanada y continuación del camino
una de esas cosas insólitas que uno se va encontrando en los montes y sobre las cuales siempre reclamamos información adicional a nuestros lectores… sin respuesta. A su lado se encuentra el muro de la pequeña presa de Elexalde, que acentúa el aspecto misterioso del lugar.

Seguimos de frente por otro camino también asfaltado en subida, y ya encontramos la primera de las señales de la ruta Altamira –que quizá convendría instalar algo más abajo. Ahora vamos llaneando por un pinar a media ladera del Ganguren. Tras haber pasado junto a sucesivas casas, la carreterilla termina junto a otra de ellas y, al otro lado de una rudimentaria barrera, se convierte en sendero de tierra, para alivio de quienes no gustamos demasiado del asfalto.
 
Fin del asfalto
Sendero y señal
Continuamos bajo arbolado y prácticamente en llano, por un cómodo camino, en otoño cubierto de hojas. Por la izquierda vamos dejando algunos desvíos por los que se remonta ladera arriba. El bosque tiene el aspecto clásico de la zona, con abundante matorral enmarañado y seco, mostrando un alto grado de abandono. No debería extrañarnos que la falta de limpieza del sotobosque originase algún incendio, y de hecho más adelante encontraremos vestigios de algo así.

Finalmente salimos a zona más despejada, junto a algunas granjas y con vistas hacia el Este, y el camino gira a la derecha para empezar a bajar. Tenemos cerca la carretera que desciende hacia El Gallo, y al fondo contemplamos las siluetas de los montes de Durango y Oiz. Pasamos junto a otro caserío y, después de otro trecho de sendero bajo el pinar, desembocamos en una pequeña explanada pegada a la carretera, con un banco y barbacoa. A lo largo de este último tramo parece que se encuentran algunos bunkers y restos del Cinturón de Hierro, pero como no conocemos bien la zona y tampoco hay señalización alguna, no podemos dar más datos al respecto.

Siguiendo las flechas, tiramos hacia la derecha, y continuamos rodeados del entorno boscoso anterior. Pasamos un regato y poco después la zona con árboles quemados a la que nos referíamos antes; entre ellos, por cierto, un curioso y muy viejo pino que parece una escultura moderna, ligeramente fantasmagórica. De nuevos nos aproximamos a la civilización, en las proximidades del barrio de Altamira, que da nombre a la ruta.

En efecto, salimos a otra vía asfaltada por la que circulamos unos minutos, hasta que las señales nos dirigen a un agradable camino verde, un estrecho senderito que va ladeando con suavidad. Tras una nueva salida al asfalto, ahora cerca del barrio de Olabarri, encontramos un panel informativo que nos conduce de nuevo bajo arbolado, en dirección al CAMINO REAL.

Camino real
El sendero se desdobla y tomamos el que discurre más bajo, por la izquierda, progresando como por una pequeña trinchera. Si nos fijamos bien, en el firme se advierten las piedras dispuestas para facilitar el paso de los carros, aunque de forma menos nítida que en otros lugares (Santa Águeda o Mekoleta, por ejemplo).Es este el pequeño tramo de calzada real que subsiste, quizá la parte más vistosa de la ruta, y finaliza al reunirse los dos caminos.

VARIANTE: Si optamos por el otro brazo del sendero, podremos acercarnos a contemplar el horno de Isasi, otro de los hitos interesantes de la ruta. Las distancias son tan cortas que tampoco hay problema en recorrer primero uno de los senderos y después el otro, para conocer las dos cosas.

Puente sobre el verde
Accedemos después a un pequeño claro con mucho verde y un puentecito de madera que salva el arroyo Isasi. Nuevo senderito estrecho y otra vez salimos al asfalto, ahora de forma definitiva, junto a la trasera del restaurante Aretxondo que habremos visto al subir. Por su amplio parking salimos a la carretera y aquí, girando a la izquierda, tomamos el camino inicial para volver al punto de partida (a la derecha si hemos partido de Andra Mari).

Vistas al sur

Paseíto fetén para domingueros, mitad montañero mitad cultureta, todo en proporciones muy light, pero excelente para acabar con unos potes en el siempre jatorra y bullicioso Galdakano.