lunes, 24 de junio de 2013

Biderdi

No existirán muchos montes que contabilicen tantos nombres como éste: Biderdi es quizá el más extendido, y el que figura en el buzón, pero la Cartografía oficial de Bizkaia lo denomina Larrentxu, también admitido por Mendikat; Gane-txiki es un topónimo popular, semejante al de otros lugares de nuestra geografía, por su proximidad al Ganeko; y también podemos reconocerlo como Txosnagane.

Resulta curiosa la proliferación de denominaciones para una cima que, por levantarse a la sombra del gigante bocinero, pasa generalmente desapercibida. Pero no nos arrepentiremos si le dedicamos una visita, porque sus panorámicas son quizá las más nítidas y espectaculares de esta parte del territorio vizcaino.


DISTANCIA: 10 kms 
DESNIVEL: 615 m. (260-877)
DIFICULTAD: Media 10 (6-3-1) Rampas del 30%
ITINERARIO: ida y vuelta Inicio y final: Agroturismo Ordaola (Alonsotegi)
VIAS: Pista de tierra, senderos, campo a través
ACCESOS: En coche, autopista a Balmaseda, salida Alonsotegi. Junto al Ayuntamiento, se toma una calle a la izquierda dirección Azordoiaga. El barrio se encuentra poco después de pasar bajo la autopista. Se atraviesa el barrio para buscar la subida hacia Ordaola. Tras 1,5 kms., en una bifurcación se toma el camino de la izquierda (señales), y en otro tramo similar, se llega al agroturismo. Bizkaibus A-3341, A-3342 y A-3343 hasta Alonsotegi y de ahí a pie (4 kms. ida y 200 m. de subida adicional) FEVE Bilbao-Santander Estación Irauregi id.
ENLACES CON Ganekogorta
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 33-42

 
Perfil (ida)


            Aunque en este blog nos gustan más los accesos en transporte público, en esta ocasión puede estar bien justificado utilizar el coche porque, de lo contrario, deberíamos sumar unos 7 u 8 kms. y 200 metros de desnivel, con lo que la dificultad se incrementa de forma apreciable. Además, la caminata adicional, casi toda por asfalto, tampoco merece la pena el esfuerzo. Pero bueno, para gustos.

Agroturismo de Ordaola
            El acceso al agroturismo de Ordaola está perfectamente señalizado desde Azordoiaga, y en sus inmediaciones hay algunos espacios para aparcar, aunque tampoco mucho. El bar con su terraza y, si es el caso, el restaurante Potxolo, nos esperan para reponer fuerzas a la vuelta. Al otro lado del barranco, por donde discurre el arroyo Azordoiaga, despunta la espectacular cresta rocosa de Arelaetxe.  

            Iniciamos la marcha por la misma pista por donde hemos llegado, cómoda y en ligera subida, dejando atrás un viñedo y por la derecha, varias chabolas y huertas que caen hacia la quebrada. Transitando por un denso pinar, tenemos las primeras vistas sobre la sierra de Sasiburu (Oeste) y después al frente sobre las dos pequeñas elevaciones de Koskorra y su gemelo Abitza. Las dos nos tapan la vista del Ganeko, aunque es obvio que nos movemos por la ladera oriental del cordal del Paga.

Gongeda, Zamaia y Eretza
          El tramo es más o menos largo, unos 2 kms. en total, pasando diversas curvas y regatos, entre los que dejamos algún camino que por la izquierda remonta hacia el cresterío. Como es habitual en Alonsotegi, no será difícil encontrarnos con motos y quads que circulan libremente por los caminos, con el consiguiente estruendo y polvareda.

            Poco a poco, empezamos a atisbar las laderas del Ganeko, y dejamos por la derecha un desvío señalizado hacia el citado Koskorra. Pero lo que no podemos dejar de admirar es la extraordinaria vista que se nos presenta por la derecha, con Gongeda y Zamaia, y la famosa grieta de este último abriendose en toda su crudeza, como una enorme herida que no podríamos apreciar desde otras perspectivas. Tras ellos, la majestuosa silueta del Eretza completa el magnífico cuadro.

Desvío con señales
            Llegamos así a un CRUCE con señales; siguiendo la pista nos vamos hacia Zamaia, por el PR-100 de Azordoiaga, desde donde también hay posibilidad de enlazar con la ruta del Ganeko; pero nosotros optamos por girar a la izquierda, siguiendo la dirección hacia las neveras. Describimos así un largo lazo con pendiente moderada y firme de tierra, mirando ahora al Este. Ya atisbamos el Biderdi casi a nuestra espalda y Ganeta de frente, con la elevación intermedia de Lapurzulogane.

            En menos de 1 km. nos encontramos con una pista que tomamos hacia la derecha y en pocos metros estamos en ERDIKOLANDA, la Campa de Enmedio que decían los clásicos, con su agradable arbolado, que se agradece en días calurosos y soleados.

Biderdi desde Muñagane
            A partir de aquí tomamos ya la ruta normal hacia el Ganeko. En unos 500 m. de bajada llegamos al collado de MUÑAGANE, para acometer a continuación la cuesta de Anselmo. Se trata de una pala de poco más de 100 metros de longitud, pero que presenta cierta dureza, con desniveles que a veces superan el 30%, sin descansos y con un firme pedregoso y árido, sin sombra ni resguardo. Así que conviene tomarlo con calma y adecuar la marcha a nuestro propio ritmo.

Tras el primer repecho, dejamos por la derecha una puerta en el vallado y seguimos por el tramo más peleón, para dulcificarse un poco la pendiente en su última parte, al llegar a un solitario arbolito. Más o menos por la mitad encontramos el laburu en memoria de Anselmo, montañero sobre quien ya comentamos al hablar del Ganeko, cuya historia encontramos en el enlace a Mendikat que ponemos arriba.  

Camino hacia el Ganeko
            Superada la rampa, nos encontramos ya al pie de la amplia loma cimera del Biderdi. Seguimos ahora la estrecha y divertida trocha que se dirige hacia el Ganeko, ganando metros poco a poco por la ladera oriental, con magníficas vistas sobre los valles que caen hacia el Kadagua. Desde aquí vemos también el caserío de Ordaola desde donde hemos partido.

            Como la cima la tenemos por la izquierda, casi a la vista, y no hay camino como tal que lleve hasta ella, no cabe hacer más recomendaciones que intentar buscar el trazado que nos parezca más cómodo para abandonar el sendero y tirar para arriba. También es posible flanquear toda la loma hasta una especie de colladito que nos separa del Ganeko y, ya con vistas a la vertiente contraria, retroceder por la arista hasta la cumbre.

La cima y el Ganeko
            Ascendemos la empinada ladera sin más obstáculo que pequeños matorrales, bien en diagonal, serpenteando o en zigzag, hasta que divisamos el hermoso buzón, alcanzando sin dificultad la cima (BIDERDI, 877 m.), en cosa de hora y cuarto desde el inicio.
Hacia el sureste: Anboto, Gorbea...

Vista hacia el mar
En mi opinión, la vista desde el Biderdi es incluso mejor que la del muy cercano Ganeko, porque el barrido es casi el mismo pero a menor altitud. Bajo nuestros pies quedan los tremendos escarpes que caen hacia el valle de Zollo, y por la derecha, el abrupto perfil del bocinero nos oculta algunas vistas hacia el Oeste. Pero vemos desprenderse hacia el sur el cordal de Kamaraka y, siguiendo tras él, el conjunto Upo-Artanda-Mandoia, Untzueta, y más allá Gorbea, y los montes de Durango por la izquierda. Según giramos, vamos descubriendo el resto de elevaciones de casi toda Bizkaia, ayudados por las indicaciones labradas en el propio buzón. Se diría que estamos en una maqueta gigante, con una de las panorámicas más excepcionales de todo el territorio de Bizkaia.

Habíamos encontrado un video con imágenes desde la cima, pero por lo visto ha desaparecido, lástima. Así que nos conformaremos con la foto de arriba, en la que asoma la inquietante sombra de lo que se diría que es el mismo Satanás. Y es que en el monte se encuentra de todo.

El descenso lo hacemos por el mismo camino de subida, a no ser que nos apetezca prolongar la ruta, en cuyo caso tenemos las opciones, tan evidentes como cercanas, del Ganeko por un lado, y el Paga por el otro, a donde podemos acceder sin dificultad desde el cruce de Erdikolanda indicado anteriormente.


jueves, 20 de junio de 2013

Camino '87 6ª Jornada: Villadiego-Melgar de Fernamental (23 kms.)



Tras el atracón de más de 150 kms. en cinco días, la hoja de ruta parece que afloja un poco, y plantea una etapa algo más amistosa.

Si antes hablábamos de líneas rectas, los 23 kms. de esta jornada son exactamente eso, una línea recta en dirección SW en la que apenas encontramos nada, una planicie ‘sin horizontes’ y ‘flameada por trigales, cosechadoras, amapolas, grillos’, la desnudez de los paisajes mesetarios en que casi todo lo que vemos es el cielo. Lo cual, en plena canícula, no debe tener demasiada gracia.

Peña Amaya
Lo más destacado de la vista –eso sí, a una cierta distancia- es la silueta de Peña Amaya, que queda al norte. Porque, si echamos un vistazo al perfil, vemos que el pico que sobresale como si fuera el Naranco de Bulnes es un desnivel de… 20 metros. El acumulado de la etapa (positivo y negativo) apenas suma 100; distribuidos en 23 kms. se puede uno hacer la idea de por dónde circulamos.

Tan corta y poco relevante le debió parecer al narrador la etapa que no menciona siquiera un solo lugar que llamase su atención. Lo cierto es que, echando un vistazo al mapa, hay que darle bastante la razón.  





Llanura entre las Padillas










Poco antes de medio camino, como en 8 kms. desde Villadiego, pasamos junto a Villamayor de Treviño (sí, como en Alava), donde hay una pequeña zona de cultivos de regadío, algo bastante insólito por aquí. En otro tramo semejante pasamos entre los dos Padillas (de Arriba y de Abajo), y como 5 kms. más adelante, arribamos sin más novedad a MELGAR DE FERNAMENTAL (km. 177)

Aunque tenga nombre de ungüento antiguo (lo siento, no me he podido resistir a decirlo), es la población más importante que encontramos desde Villarcayo, con un tamaño aproximado al de Villadiego, entre 1.500 y 2.000 habitantes. Situada junto al río Pisuerga y el canal de Castilla, es también nudo de comunicaciones, muy cerca de la N-120 (Burgos-León) y actualmente, de la autopista A-231. Estos datos, como diría un cursi, no son baladíes. Llegar a una localidad que no sea una simple aldea supone facilidades añadidas para obtener avituallamiento, repuestos, medicinas, y seguramente más oportunidades para encontrar dónde acomodar al grupo por la noche. Y tampoco nos olvidemos de los teléfonos, porque en 1987, claro está, no había móviles, whatsapp, ni chorradas de este tipo.

Santa Ana
Y al encontrarse más próxima a vías de comunicación, es posible que disminuya la sensación de desamparo derivada de recorrer kilómetros y más kilómetros sin más presencia humana que una aldea en la lejanía. Bien está la soledad, y es necesario hacerla nuestra aliada para afrontar tales distancias pero, como todo, en las dosis adecuadas y no más.

Todo dependerá de dónde provenga uno. Quizá a nuestros peregrinos Melgar les pareciese una ciudad moderna y cosmopolita; pero si uno viene de la civilización, es más bien el típico pueblo pequeño de Castilla, de casas que parecen mimetizarse con el color ocre de los campos. Pero bueno, es una impresión personal y de hace ya unos cuantos años.

El relato destaca el pórtico del Ayuntamiento y la iglesia de Santa María (debe referirse a la de la Asunción). Por mi parte citaría la que creo que es la iglesia de Santa Ana (ahora centro cultural o algo así), cuya torre tiene algo chocante que no sabría definir –aunque desconozco sus méritos arquitectónicos.

La Asunción
Parece que en esta ocasión sí recibieron alguna atención por parte de la comunidad religiosa, o por lo menos les sellaron la credencial. Lo que no se menciona –pero algunos de sus protagonistas lo recuerdan muy bien- es la discoteca Las Vegas, que debía tener mucha fama y pasaba por ser de las mayores no sé si de la región, del norte, o de algo. Tampoco me imagino a los chavales metiendose en una disco tras 170 kms. de peregrinar por los campos. El choque cultural, estético y hasta físico podría ser descomunal. Pero quién sabe, hay gente para todo.

En Melgar nos despedimos de la provincia de Burgos, por donde hemos deambulado los últimos cinco días. Nos esperan en adelante el último destino dentro de este primer tercio de ruta jacobea, la provincia de Palencia y, con todo ello, por fin, el Camino francés.

lunes, 10 de junio de 2013

Katillotxu

La Reserva de la Biosfera de Urdaibai comprende ambas márgenes de la ría de Gernika, desde más allá de la villa foral hasta la franja litoral entre los cabos de Matxitxako y Ogoño. Dentro de sus más de 200 kms2 podemos encontrar desde la biodiversidad de sus humedales hasta las inigualables imágenes de la isla de Izaro, la belleza de sus diferentes playas, pequeños montes que a veces conservan la foresta autóctona, y poblaciones de marcado carácter, a veces marinero, a veces rural.

Katillotxu es, con sus 337 metros, el promontorio más notable de la margen izquierda, desde el que tendremos excelentes vistas sobre el estuario. Su ubicación permite muy diversos recorridos enlazando las principales localidades ribereñas, siempre disfrutando de este privilegiado entorno en el corazón de Bizkaia.


DISTANCIA: 6,3 kms 
DESNIVEL: 335 m. (0-337)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja  5 (3-2-0)
ITINERARIO: circular  Inicio y final: Mundaka
VIAS: Urbanas, camino asfaltado y de cemento, senderos de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Mungia (túnel de Artxanda o Santo Domingo) hasta la rotonda donde se coge la BI-631 dirección Bermeo. Aquí BI-2235 dirección Mundaka, saliendo en esta localidad y pasandola de largo hasta llegar al parking de Erreka, junto a la playa de Laidatxu. Bizkaibus A3515 Bilbao-Bermeo parada Goiko kalea (Mundaka) Eusko-Tren (Atxuri) estación Mundaka.
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 5





Playa de Laidatxu
         Mundaka es una localidad siempre presenta complicaciones cuando accedemos en coche, motivo por el que hemos elegido como punto de partida el aparcamiento junto a la playa de Laidatxu, bajo el puente de la vía del tren. Pero la ruta se inicia realmente en el mismo centro del pueblo, en la calle que podríamos llamar principal (Goiko kalea).

Más o menos a la mitad de su trazado buscamos la intersección con la calle Goitiz bidea que, en subida hacia el interior, se dirige hacia una pasarela que salva la carretera general, depositandonos directamente en la ladera del monte. Estamos ya  en un camino asfaltado que continúa siempre en ascenso moderado, pasando junto a una especie de caseta  y varios caseríos de la zona de Arketa. Por la derecha tenemos la vaguada que forma el arroyo Arana, ocupada por pastos y huertas.

Llegando a Goitiz
            Finaliza la parte más empinada, con un caserío por la izquierda y perspectivas cada vez mejores sobre el estuario; hemos remontado algo más de 100 metros, de lo que dejan claro testimonio los tejados de Mundaka, que quedan a nuestra espalda hundidos tras el camino, con el mar al fondo. Dejamos otro caserío por la izquierda y ya tenemos la primera panorámica de lo que indudablemente es nuestro objetivo, que se eleva a la izquierda de un largo cordal. Pasamos junto a una especie de refugio con marcas de PR y, siempre en subida, alcanzamos el barrio de Goitiz.

            Unos minutos después llegamos a un cruce (CRUCE-1) junto a un tendido eléctrico con una cruz de señales, que indican 1,6 kms. a nuestra cima. Enlazamos aquí con el camino que por la derecha viene del barrio de Demiku, en Bermeo, y giramos a la izquierda. Por esta zona debe estar el alto de Gaintxu, que el amigo Pedro (Descubriendoalturas) citaba en su blog; pero no sabemos exactamente dónde. Las vistas sobre Urdaibai son cada vez mejores, y tenemos también las primeras imágenes sobre Bermeo, a cuya espalda se eleva el Burgoa.
Camino de subida

            Por aquí ya hemos ganado como dos tercios de la altitud total y nos queda casi la mitad del ascenso, con lo que las pendientes serán bastante más suaves. Tras pasar varios tramos cementados encontramos, junto a una construcción vallada, un nuevo cruce (CRUCE-2) señalizado y una fuente, donde ignoramos un camino que sale por la izquierda. También tenemos al lado un cuartel de caza, con lo que seguramente habremos ido escuchando disparos durante buena parte de la marcha, lo cual no nos resulta muy agradable.  

            Pasamos lo que parecen dos mugarris y el camino pasa a ser de tierra, cosa que se agradece después de tanto asfalto. Dejamos otro desvío por la izquierda y, tras un trecho con algo más de desnivel, empezamos a vislumbrar por la derecha la silueta de Sollube, con su cima sembrada de antenas. Finalmente, otro tramo más pedregoso nos conduce directamente a la cima (KATILLOTXU, 337 m.), que alcanzamos en poco más de una hora de ascensión.


            Aunque la panorámica se ve entorpecida en parte por el arbolado, vemos la mayor parte de la desembocadura de la ría, con la playa de Laida de frente, por delante de la cordillerita que se alarga por la margen derecha, y los impresionantes acantilados de Ogoño al fondo. Distinguimos también Bermeo hacia el norte, la isla de Izaro, así como buena parte del macizo de Sollube hacia SW, tras amplias y verdes praderas.
Desembocadura e isla de Izaro





Túmulo con Sollube al fondo
Junto al mojón hay un lustroso buzón, y un vallado que encierra un monumento megalítico, con varios paneles informativos sobre los enterramientos. Al parecer, a lo largo de la sierra se encuentran varios elementos prehistóricos más, sobre los cuales nos ilustran esta página. Para los profanos como nosotros el aspecto del recinto es similar al de otros varios que vamos encontrando por nuestros montes (vease aquí al lado la etiqueta ‘Monumentos prehistóricos', que para eso la ponemos)

            VARIANTE: Si queremos explorar un poco más la cordillera, siguiendo en la misma dirección en que llegamos a la cima, y pasando junto al recinto vallado, descendemos unos metros a un collado para remontar de nuevo hasta la cumbre de Arribieta, situada a unos 500 metros de distancia.

            Para el regreso tenemos diversas posibilidades, además de deshacer el camino de subida. En esta ocasión optamos por una ruta muy directa que nos lleva a descender por la vertiente oriental, en dirección a la ría.

Rampa de bajada
Justo al lado del vértice geodésico tomamos un camino que desciende, prácticamente en línea recta y con fuerte pendiente. Hay que advertir que este tramo presenta un denivel que supera el 30% y  un firme con abundantes afloraciones rocosas, con lo que hay que bajar con cuidado para que no nos hagan recordar aquel viejo sendero del Pagasarri al que llamaban ‘Rompeculos’. En concreto, si el suelo está húmedo (algo nada difícil, porque la zona es más bien sombría) el riesgo de un porrazo es considerable, por lo que habría que valorar volver por donde hemos venido. También hay que decir que la foto no le hace justicia a la rampa.

Como decimos, la pala es bastante exigente aunque no excesivamente larga y su desnivel se dulcifica poco después. Continuamos siempre en la misma dirección, desechando varios desvíos por la izquierda que parecen dirigirse a zonas de explotación maderera, y el camino, ya mucho más amable, se va viendo alfombrado de verde. Atravesamos un bonito pinar y salimos de nuevo al asfalto.

Hacia Suspitxu
Aquí giramos a la izquierda en dirección a una casa solitaria en un pequeño alto. Por la izquierda de la entrada del imponente caserío surge otro camino de tierra por el que seguimos, junto a la estructura de un invernadero. Estamos en la zona de Suspitxu, con el Katillotxu ya a nuestra espalda, y vistas al mar y a Izaro.

Continuamos siempre en descenso, dejando por la izquierda el acceso a unas viviendas, y llegamos a un vallado. Aquí giramos a la derecha y nos dirigimos al pequeño barrio de Agirre, por cuyo centro cruzamos, teniendo ya a la vista Mundaka y el cercano cementerio que, al igual que el de Bilbao (Derio), también se llama Vista Alegre –otro tema que quizá habría que analizar con calma.

Rodeamos el camposanto y seguimos carretera abajo para en un par de curvas, volver a la carretera general en la zona de Portuondo, salpicada de chalets con vistas al estuario. Ya sólo hay que seguir hacia la izquierda rumbo a Mundaka, para alcanzar en pocos minutos el parking donde hemos empezado la marcha.

Como muchas veces ocurre, no nos podemos volver para casa sin dedicar un rato a visitar el pueblo donde hemos iniciado la excursión. Y en esta ocasión sería imperdonable por completo, porque Mundaka, aparte de un núcleo urbano acogedor y apetecible, goza de algunos de los paisajes más espectaculares de la geografía vasca. Así que es imprescindible darse una vuelta por la fachada litoral, donde seguramente veremos surfers mostrando su destreza en la famosa ola izquierda, admirar la belleza de la ría, el parque junto al puerto o la hermosa iglesia de Santa María (o La Asunción).

             Y aunque el pueblo da para escudriñar innumerables rincones en que disfrutar de este increíble lugar, nuestro blog no sería el de siempre si no terminamos echando un traguillo y algún pintxo en la terraza de Los Txopos, que eso sí que es una sensación única. Y si es a la caída de la tarde, pues qué más vamos a contar.