domingo, 10 de febrero de 2013

Larrano

El macizo de los montes de Durango constituye quizá el paraje montañoso más espectacular de Bizkaia, y las ascensiones a sus cumbres, algunas de las más relevantes y emblemáticas del territorio. Además, forma parte del Parque natural de Urkiola, que incluye amplios espacios naturales de diferente tipología, que pueden recorrerse en rutas de muy diversa exigencia.

Partiendo del santuario de Urkiola, exponemos un clásico recorrido por el que nos asomamos al soberbio cresterío de Alluitz-Anboto y visitamos algunos de los puntos más populares y accesibles de la zona.


DISTANCIA: 8 kms 
DESNIVEL: 270 m. (740-1010)  CENTENARIO (Urkiolamendi)
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-2-0)
ITINERARIO: circular  Inicio y final: Santuario de Urkiola
VIAS: Campo a través, senderos, lapiaz, pista de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Donostia, salida Iurreta-Durango, tomando la BI-623 dirección Vitoria-Gasteiz, hasta el alto de Urkiola. De Bilbao a Durango, Eusko Tren o Bizkaibus A-3911, y desde Durango bus ALSA Durango-Vitoria-Gasteiz parada Urkiola.
ENLACES CON  Asuntze, Saibi
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 58-59





En las inmediaciones del santuario de Urkiola un amplio parking aterrazado suele ser suficiente para dejar el coche sin problemas, salvo cuando cae una nevada y todo el mundo sube en masa a disfrutar del acontecimiento. Por el costado del edificio religioso ya observamos una amplia pista pero, sin llegar a ella, una cruz de señales nos indica varios caminos, de los cuales elegimos el que indica hacia Urkiolagirre (1,6 kms.)

Pasillo verde
Avanzamos entonces por el verde bajo la agradable sombra de los abedules y cruzamos una valla con escalera, por la que se accede a un ancho pasillo flanqueado por coníferas, una especie de cortafuegos con pendiente suave y continuada.

Tras un buen trecho salimos a campo abierto, rodeados de enormes praderíos donde pastan caballos y vacas. Por la derecha se intuye la pista que hemos visto antes y que lleva nuestra misma trayectoria, y enseguida empiezan a emerger imágenes de las imponentes moles rocosas de Anboto (de frente), el cresterío de Alluitz (izquierda) y a nuestra espalda, Astxiki y Untzillatx, Mugarra, Errialtabaso y el redondeado Saibi, con su cruz bien visible. Gorbea y Lekanda cierran el círculo montañoso para terminar en la llanada alavesa, donde distinguimos uno de los pantanos.

Las vistas nos amenizan la marcha, porque la subida en sí se hace algo monótona. Caminamos en línea casi recta, prácticamente campo a través y la cima se intuye siempre, aunque no llegamos a verla hasta bastantes minutos más tarde, una sensación un poco parecida a la que podemos experimentar en el Ganeko.

Mojón y mesa en Urkiolamendi
Finalmente, nos encontramos el vértice geodésico y una mesa de orientación por la izquierda (URKIOLAMENDI, 1.010 m., también conocido como Urkiolagirre). Salvo que la niebla quede encajonada entre las cumbres y nos fastidie la perspectiva, la panorámica es tan espectacular que es inevitable dedicar un rato a admirarla, identificando en lo posible lo que tenemos a la vista. Unos pasos más adelante, en una especie de pequeño espolón rocoso se encuentra el buzón. Por esta zona perdió servidor de ustedes un estupendo bastón que me había acompañado en numerosas excursiones y encima era un regalo. Que lo disfrute el que se lo llevó, porque la búsqueda posterior (febril y minuciosa) no dio ningún resultado.

Buzón con Anboto a la izquierda
Desde la cima tenemos también a la vista el verde collado de Asuntze (o Asuntza), a los pies de las estribaciones calcáreas de Anboto, y hacia allí vamos a dirigirnos. Descendemos por tanto, siguiendo siempre la orientación Este, con pendiente algo mayor que la de subida y trazas discontinuas de sendero, como suele ocurrir en estos espacios muy abiertos.

Llegamos así a Asuntze, pasando una nueva valla, para conectar con la pista que viene de Urkiola y que continúa, larga, bien visible y generalmente repleta de paseantes, por el piedemonte de Anboto hacia Pagozelai y Zabalandi. De momento, dejamos este encantador paraje para continuar nuestra ruta.  

Collado de Asuntze

Senda hacia Larrano
Tras una primera cruz de señales, llegamos a la segunda, en la misma curva en que la pista cambia de dirección. Aquí comienza la estrecha sendita que nos conduce a Larrano (0,7 kms.) Seguimos la trocha que va ladeando, mientras gana altura poco a poco y se aproxima cada vez más a las zonas calizas. Con Urkiolamendi por nuestra izquierda, el tramo es sumamente divertido, con la roca blanca aflorando a veces diseminada, a veces formando crestas, algunos árboles y la vereda serpenteando entre todo ello.

Ermita de Santa Bárbara
Después de atravesar una de estas formaciones rocosas con un poste en el centro y seguir ascendiendo unos pocos minutos más, alcanzamos finalmente los verdísimos pastos de las campas de Larrano, un precioso collado salpicado de pequeños promontorios calizos, que forma una especie de nexo de unión entre las crestas de Anboto y Alluitz. Por la derecha según llegamos no debemos ignorar la minúscula ermita de Santa Bárbara, rodeada por unos arbolitos jóvenes y, en unos pasos hacia la vertiente oriental, hay un refugio que suele ser bastante frecuentado.

Por las campas, hacia la cima
De hecho, estos pequeños pastos de altura cubren justo la arista, con moderada caída hacia ambas vertientes, ofreciendo de nuevo amplias y fotogénicas perspectivas: por la derecha (Este) tenemos el valle de Arrazola, con Durango y Elorrio algo más al norte, y el impactante crestón de Udalatx como un castillo mágico e inexpugnable; y a nuestra izquierda el desfiladero de Atxarte nos separa del recién visitado Urkiolamendi, que a su vez nos tapa casi todas las demás vistas. Como hemos indicado, a un lado enlazamos con el cordal de Anboto a través de una larga rampa que enfila hacia Kurutzeta y Elgoin, y por el otro, pasando junto a la pequeña cima de Larrano Puntie, continúa la impresionante cresta de Alluitz.

Hacia allí precisamente vamos a continuar. Seguimos el cordal en dirección al Alluitz (norte), encaminandonos hacia el evidente escarpe que aparece por la izquierda, al que llegamos en pocos metros, dejando por la derecha una borda de pastores. Accedemos a la cima en una sencilla y divertida trepada de 8 o 10 metros, que no presenta ninguna dificultad, con las debidas precauciones y evitando siempre las zonas expuestas cuando encontramos lluvia o sobre todo niebla. Ojito en estas situaciones, porque muy cerca del final hay una sima peligrosa y la caída hacia el desfiladero de Atxarte es terrorífica.

Buzón y cresterío de Alluitz
Ya en la cumbre (LARRANO PUNTIE, 981 m.), junto al buzón, podemos disfrutar de las increíbles vistas. En especial, la cresta hacia el Alluitz impresiona con sólo mirarla, y más aún si pensamos en las míticas horcadas que hay que superar para alcanzar aquella cima, en especial por supuesto la llamada Infernuko zubia.



Udalatx

Campas de Larrano y cordal de Anboto









Pero por nuestra parte, concluimos aquí la pequeña incursión en el cordal y toca deshacer el camino de ida. Para volver a Asuntze regresamos a la campa de Larrano, de la que nos despedimos para regresar por el senderito anterior, aunque también es posible explorar un poco la ladera y volver por cota algo más baja.

Retorno hacia Asuntze
El collado de Asuntze es un delicioso pastizal a los pies de la mole caliza que se encamina al Anboto, por cuyas empedradas laderas es fácil ver transitar rebaños de ovejas y ganado suelto. El lugar invita a vagabundear o hace picnic, pero es imprescindible acercarse a conocer la fuente de Pol-Pol, de la que recuerdo que me hablaban de crío, o sea, hace una barbaridad. Para ello tenemos que cruzar el pequeño arroyo que atraviesa las campas y continuar hacia la derecha, siguiendo el rastro ferruginoso del caudal. Junto a la fuente hay un precioso recodo con una pequeña cascada, y no hay que dejar de probar el agua que mana de los aparatosos caños, con su fuerte sabor característico.


Fuente de Pol-Pol
VARIANTE: Si la caminata se nos ha hecho corta, podemos seguir subiendo desde la fuente para penetrar en un bosquete, tras el cual, en pocos minutos, accedemos al alto de Arlutziaga (que sepamos, sin buzón ni ninguna otra identificación).

De nuevo en la pista, el regreso podemos hacerlo más fácilmente tomando hacia la izquierda este amplio y cómodo camino de piedrilla, que pasa primero junto a un pequeño refugio. Sin tomar ninguna desviación, vamos bajando suavemente durante unos 3 kms., con densos bosque de coníferas por la izquierda y las laderas de Urkiolamendi por la derecha. En el último tramo tendremos vistas sobre el santuario y el Saibi, y el camino desembocará directamente en el aparcamiento en el que hemos iniciado la marcha. El trayecto coincide con el de retorno de la entrada Asuntze.


3 comentarios:

  1. Hola:
    Precioso ese paseo por el "pasillo verde" dan ganas de perderse entre esos enórmes árboles ¿que altura tienen?.
    las vistas de la foto número 11 "Untzillatx", son espectaculares, es magnífica, con ese nubarrón cerniéndose sobre la cima, yo lo plasmaría en un un lienzo, quizás lo haga.
    Saludos.

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  2. No recuerdo que fuese árboles exageradamente grandes, pero ese trozo de paseo es realmente agradable. Da la sensación de ir avanzando efectivamente por una alfombra mientras te observan unos espectadores silenciosos a los lados.

    En la foto de Untzillatx tiramos un tanto de zoom, lógicamente, porque está lejos. Pero es una cresta que siempre resulta muy fotogénica. Sí que sería una bonita pintura.

    Un saludo Arien.

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    Respuestas
    1. Ya decía yo que algo me chirriaba. Udalatx (o Udalaitz), no Untzillatx, que está justo al lado contrario. Error corregido. Sorry

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