viernes, 27 de julio de 2012

Elordi

Como hemos comentado en otras ocasiones, aparte de las clásicas ascensiones al Pagasarri o a sus cimas más cercanas, el entorno de nuestro monte más emblemático nos ofrece parajes menos conocidos, laderas, valles, caminos o arroyos que merece la pena conocer y disfrutar.

La ruta que proponemos en este caso discurre por la falda de Arnotegi, en la vertiente que mira a Bolintxu, por donde podemos completar un recorrido tranquilo y sencillo, cuya primera parte se recoge en el libro ‘Montes de Bilbao’. Además de tomar contacto con rincones muy poco frecuentados, el trazado puede customizarse a gusto del usuario con numerosas variantes que iremos indicando.


DISTANCIA: 5,4 kms 
            DESNIVEL: 190 m. (300-110) 
DIFICULTAD: Muy Baja 3 (1-1-1)  Dificultad de tránsito
ITINERARIO: circular   Inicio y final: Igertu
VIAS: Pistas y senderos de tierra
ACCESOS: En coche, bien desde San Adrián-Larraskitu, bien desde Rekalde, hay que tomar Larraskitubidea hacia arriba, y después Pagasarribidea pasando por el bar Athletic, hasta llegar al parking de Igertu. (Haciendo a pie este último tramo, se puede llegar a San Adrián o Rekalde en las múltiples líneas de Bilbobus)
ENLACES CON: Arnotegi por Igertu
Más información:
            Mapa Pagasarri Ayuntamiento de Bilbao
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 33





Puerta y montes de Durango
              Como solemos hacer cuando nos movemos por estas tierras, fijamos el punto de partida en el collado de Igertu, cruce de caminos en la vía al Paga, con un pequeño aparcamiento y una agradable zona de bancos al lado. Aquí abandonamos la carretera y giramos a la izquierda, pasando junto al único caserío que queda. Desechando el sendero que sube por la izquierda, enfilamos la pista que desciende, atravesando una puerta.

En suave descenso, ya avanzamos rumbo a Bolintxu, con una bonita vista sobre los cerros que jalonan la ladera norte del Paga, empezando por el que corona la ermita de San Roque, y con el Pastorekorta poniendo fin al cordal. Si el día es claro, durante los primeros metros divisaremos al fondo la fantástica silueta de los montes de Durango.

Uzkorta y el sifón

Otoño bajo el Paga
Vamos perdiendo altura poco a poco, y la pista es pedregosa y algo incómoda, por lo que podemos atajar alguna de sus curvas por minúsculos senderillos (la herradura que se ve en el mapa se corta saliendo junto a un murete de hormigón por la derecha). A partir de aquí la pendiente casi desaparece y, tras dejar por la izquierda un camino que se dirige a un prado, encontramos enseguida una fuente con un voluminoso katilu encadenado. El pequeño riachuelo cruza el camino y por la derecha, bajo un precioso arbolado, va a reunirse con el curso del arroyo Igertu, que llega aquí procedente de la popular fuente de Zapaburu. Estas aguas, junto con otros regatos que bajan de la zona de Artabe, van configurando el arroyo Bolintxu, responsable de la espectacular riqueza natural del conocido valle.

Muy poco después de la fuente encontramos un camino que sale por la izquierda en dirección a una valla de madera (UZKORTA). Podemos ignorarlo y seguir adelante, o bien hacer una incursión para conocer las ruinas del caserío del mismo nombre.

Caserío
VARIANTE: Si abandonamos la pista y cruzamos la valla, accedemos a una encantadora campa rodeada de arbolado, en cuyo centro se encuentra el viejo edificio. Cruzando el verde en la misma dirección según venimos, salimos, franqueando una alambrada y un pequeño talud, de nuevo al camino principal en el lugar que se indica después.

Si hemos desechado la visita al caserío, apenas diez metros más adelante encontramos otro desvío por la izquierda, por el que dejamos la pista, que continúa en descenso. Pasamos una caseta del Consorcio de Aguas y continuamos con la compañía de unos postes verdes que marcan una tubería subterránea. En una amplia curva coincidimos con el punto por el que salimos de la finca de Uzkorta si hemos seguido la variante.

Malmasín desde el camino
Circulando siempre a cielo abierto, el camino va poco a poco enfilando hacia el oeste, y tenemos a la vista el perfil casi perfectamente cónico de Malmasín, simpático monte que, desde los poco más de 150 metros en que estamos, parece una cosa bastante seria. Si echamos la vista atrás, podemos también observar la alineación calcárea que forman los cerros con la cresta que se asoma a la cantera de Gangoiti.

Un último cambio de dirección y nos encontramos casi de repente en la parte superior del sifón de Bolintxu (TUBERIA). El enorme tubo (dos metros de diámetro y 236 de longitud según la página de Udal Sareak) cae por la ladera hacia el fondo del valle, para remontar por la pendiente de enfrente, en las proximidades del barrio de Seberetxe.

Sifón de Bolintxu

Situados en este punto, conviene empaparse bien del paisaje tal y como lo vemos hoy, porque justamente por aquí está previsto que pase un viaducto que unirá las dos vertientes del valle. Aparte del impacto paisajístico, el ruido y la contaminación derivados de la infraestructura ya en funcionamiento, hay que imaginar lo que supondrá el proceso de construcción, con apertura de túneles a ambos lados, tránsito de camiones y maquinaria pesada, movimiento de tierras, fijación de las laderas y encauzamiento de acuíferos…

Ya hemos comentado este asunto antes, por ejemplo en la entrada Bolintxu, y son numerosas las webs que denuncian el peligro de desaparición de un paraje único al lado mismo del casco urbano de Bilbao. De momento la crisis está dilatando el proyecto, pero por si acaso, quedémonos con lo que tenemos delante.

Hora de aventuras

Hasta ahora hemos seguido un trazado sin obstáculos ni muchas opciones de hacer algo que no sea un suave paseo. Pero en los próximos minutos avanzaremos por caminos algo más montañeros y recónditos, que nos ofrecerán la posibilidad de explorar un poco al margen de las rutas habituales.

Sendero por la ladera
Cruzamos por una escalerita el tocho de hormigón donde entronca la tubería y continuamos por el lado contrario. Aunque hace unos cuantos meses se podía ver que ya se habían movido algunas tierras por la zona (parece que se han hecho catas o sondeos), creemos que todavía será fácil encontrar unos metros más adelante un estrecho pero bien marcado sendero que va recorriendo la ladera girando suavemente hacia el norte.

Por él seguimos, entre matorral y algún arbolito aislado, con Malmasín siempre a la vista y una bonita imagen de Artxanda y Ganguren de frente, durante unos 500 metros. Encontramos entonces una amplia pradera con abundantes helechos y argomas, donde suelen verse caballos.

Caballo entre las argomas
VARIANTE: Si queremos acortar la excursión podemos girar a la izquierda en este punto para seguir dirección oeste. Avanzamos por un sendero poco marcado, que al comienzo es casi llano y después va ganando pendiente de forma progresiva, hasta adentrarnos en un bosquete por donde, ya con fuerte inclinación, salimos al área de Elordi, de la que luego hablaremos. El recorrido total se reduce casi a la mitad, pero hay que tener en cuenta que hay que remontar unos 180 metros en un tramo muy corto, con desnivel final de alrededor del 40%

Tras una curva, perdemos unos metros, nos internamos bajo arbolado y el camino empieza a verse cubierto de barro. Van a ser apenas 15 o 20 metros, pero hay que advertir que, de no ser que llevemos mucho tiempo sin lluvias, este tramo resulta un tanto engorroso, porque la tierra está empapada por un arroyo próximo, con lo que el barro es blando y no es fácil encontrar algo más sólido ni siquiera en los márgenes del sendero.

Con algún kilo de más en las botas, pasamos otra curva y continuamos ya por camino más civilizado, bajo una agradable sombra, con algunas chabolas y huertas a los lados. Finalmente, accedemos a una pista amplia, que tomamos hacia la izquierda en ligera subida.

VARIANTE: En la última curva antes de llegar a la pista hay varios árboles, uno de los cuales parece emerger de unas rocas. En este punto sale por la izquierda un sendero, con unos panales de abejas a la izquierda, que nos lleva a una hermoso prado junto al cauce –normalmente seco- de otro regato. Podemos seguir esta dirección para buscar un acceso más directo a la pista citada, que enseguida tenemos a la vista, atajando unos metros y huyendo del trazado rectilíneo.

También podemos probar otra posibilidad, si no nos apetece circular mucho por pistas. Siguiendo la misma dirección (digamos paralela al arroyo) tiramos todo recto hacia arriba, atravesando un precioso bosque, para salir al camino que luego se indica. Eso sí, hay algunas zonas de tránsito algo complicado por el sotobosque y hay que remontar más de 100 metros con buena pendiente, pero se ataja la parte más monótona y la travesía resulta divertida.

Hacia Elordi

El camino describe un par de curvas, pasamos una puerta y subimos una rampa que nos sitúa en otra pista, junto a varias torres eléctricas, que discurre por la lomada de Arnotegi con buenas vistas sobre Bilbao. Aquí seguimos subiendo suavemente hasta una curva con una zona de bancos en una laderita (LANDETA GOIKOA) y una mesa de orientación. Si continuásemos subiendo alcanzaríamos la antecima donde se encuentra la antena, pero giraremos a la izquierda para continuar un tramo largo y casi llano, a la sombra de grandes árboles.

Esta parte del camino resulta tranquila y agradable, pudiendo deleitarnos con la gran variedad de especies arbóreas y observando por la derecha algunas enormes rocas de aspecto ancestral –seguro que emparentadas con otras similares que hay en el alto- que evocan antiguos desprendimientos. Por la empinada ladera que cae a nuestra izquierda, a unos 300 metros de la curva, accederíamos a este camino si hemos optado por el atajo al que nos referimos en la variante anterior.

Bancos en Elordi
Finalmente, el paisaje se abre y nos encontramos en un cruce, con un recodo con algunos bancos, denominado ELORDI, donde podemos también adentrarnos por una sendita en el agradable arbolado, o disfrutar de nuevas panorámicas sobre el barranco de Uzkorta, por donde hemos iniciado el trayecto.

Desechamos el camino que asciende por la derecha para, tras unos minutos de suave descenso, pasar una puerta y continuar los últimos metros en bajada hacia nuestro punto de partida de Igertu. Pegado al camino hay un caserío y justo al lado contrario, tras una pradera con un cobertizo, se encuentra al parecer una antigua nevera -decimos ‘al parecer’ porque nunca la hemos visto. También desde aquí tenemos una inesperada vista del Abra, con parte de sus localidades limítrofes.

Llegando a Igertu
Ya en Igertu, donde el camino desemboca en el cruce de pistas junto al parking, un par de bancos sobre un rellano por la izquierda nos recuerdan el lugar donde se encontraba el txakolí de Lloriki, toda una institución en la zona, desaparecido bajo las excavadoras hace un par de años.

sábado, 21 de julio de 2012

Artxanda por La Pesetita

No por casualidad fue Artxanda el destino de la primera excursión de este blog. Nuestra maltratada colina norteña no sólo forma parte de la historia de Bilbao, sino que hoy en día se puede decir que está integrada en su casco urbano. Sus viejas laderas atesoran un buen puñado de recuerdos para miles de bilbainos, y sus espléndidas vistas atraen tanto a los nativos como a legiones de turistas cámara en ristre.

El progreso –si entendemos por tal el cemento, los coches y cosas así- a veces también aporta cosas interesantes. Cuando se construyeron los túneles se habilitó un bidegorri por el que podemos iniciar la que quizá es la más atractiva de las múltiples rutas a Artxanda, ideal para perezosos y domingueros a tiempo parcial. Ya estás tardando en conocerla. 


DISTANCIA: 2,4 kms 
            DESNIVEL: 200 m. (20-220) 
DIFICULTAD: Ninguna 2 (0-2-0) 
ITINERARIO: lineal   Inicio: Puente de La Salve  Final: Plaza del funicular (Artxanda)
VIAS: Urbanas, bidegorri, senderos de tierra
ACCESOS: Ida: Puente de La Salve
                             Vuelta: Funicular de Artxanda, o Bizkaibus A3216 (en el polideportivo)
Más información:
Artxanda en la Guerra civil:
Guía cartográfica de Bizkaia Mapa 24



Cómo ir al monte sin salir de la ciudad. Pues bien, se llega el simpático ciudadano en un paseíto hasta el puente de la Salve, y se ve rodeado de lo más furiosamente moderno de este metamorfoseado botxo: Guggenheim por aquí, torre Iberdrola por allá, parques de diseño, tranvía, en fin, un repertorio que hace flipar a los visitantes. Pues desde aquí, en medio de los coches y el diseño arquitectónico, empezamos a andar. Y lo que viene es así de sencillo.

Subiendo el puente
Emprendemos la marcha puente arriba por la acera de nuestra izquierda (si fuésemos por la derecha deberíamos cambiar de lado en la otra orilla, por una pasarela colgante que a uno le da bastante mal rollo), pegaditos al famoso museo. Pasaremos junto al arco rojo de Daniel Buren, que es una especie de metáfora de la evolución de la villa. Antiguamente, el puente y la poderosa ‘H’ que sustenta sus tirantes eran de color rojo, y la estructura metálica transmitía la imagen brutal del Bilbao industrial. En los 80 (o 90, no sé bien) lo pintaron de verde, como para dar una imagen ecológica, bastante contradictoria con infraestructura tan asociada al ruido y la contaminación. Y ¿qué se hace con todo ello en el ‘nuevo Bilbao’? pues taparlo sin más con un revestimiento chillón, un tanto impostado, que se supone que cuadra más con el aire design que imponen los tiempos.

Sobre la ría
Cruzamos la ría con una fotogénica panorámica aguas abajo, sobrepasamos el ascensor y tomamos el bidegorri, siempre rumbo al monte. Los túneles de Artxanda fueron desde tiempo inmemorial una vieja aspiración de Bilbao en su deseo de contar con salidas fáciles fuera del botxo. Así, desde que se construyó el puente, se pudo observar durante décadas un ramal de hormigón truncado que apuntaba hacia donde había que horadar. Y ahí se quedó el tocho hasta hace muy poquito tiempo, cuando los túneles se hicieron realidad.

Por el bidegorri hacia el monte
Ahora ya estamos sobre la autopista que se adentra en la montaña, describimos una curva y sobrevolamos la vía por una pasarela. Al otro lado, en una trifurcación, tomamos el camino central, con una señal en dirección a Artxanda. Ascendemos suavemente bajo arbolado, entre el que aún seguimos viendo parte de las carreteras y edificios, con el Colegio Jesús y Maria en el alto. Pasamos una curva cerrada y nos dirigimos de nuevo hacia el sur, con nuevas vistas sobre Bilbao, para llegar junto a una torre eléctrica, donde el camino confluye con un sendero que llega por la derecha. 

Sendero y puente
Tras otra revuelta, podríamos seguir sin más subiendo por la despejada ladera de la derecha hacia un área recreativa, pero nos perderíamos el tramo más bonito. Así que junto a un panel informativo (DESVIO-1) nos desviamos hacia la izquierda por un pequeño sendero herboso. El trayecto, amable y llano, transcurre bajo una agradable sombra, siendo al parecer zona utilizada para el botellón, con lo que en día festivo será fácil encontrar desperdicios de diversa naturaleza.

Pasamos un tramo donde en otoño la hojarasca nos sobrepasa el tobillo, y poco después atravesamos un puente de madera. Tras una ligera subida, salimos a una pista (DESVIO-2) que tomamos hacia la derecha. Por aquí salimos en pocos metros de nuevo al área de bancos que según la nomenclatura oficial se llama campa de Pikotamendi, aunque algunos le asignamos el arcaico nombre de la Pesetita. Sobre el particular no hay unanimidad. Hay quien denomina así a una zona próxima a la ladera de Montaño y Vía Vieja de Lezama, y puede que haya otras versiones. Y como no nos gusta quedarnos con dudas, y menos aún persistir en un posible error, invitamos a que alguien nos ofrezca una versión fidedigna sobre la cuestión. Y si además nos cuenta el origen de tan curioso topónimo, le nombraremos hijo predilecto de ibilkat.

Area recreativa y cima de Artxanda
Aquí tenemos Bilbao a nuestros pies, con una perspectiva algo diferente de la clásica desde Artxanda. Y tras la trama urbana, los montes que la rodean: los de Durango se ven a lo lejos hacia el Este, y delante de ellos, Upo, Mandoia y Malmasín; el cordal del Paga y el Ganeko detrás; Sasiburu y el Eretza, los montes de Triano… De casi todos hemos hablado ya aquí. Una imagen que nos parece fantástica, y que describe sin palabras la estrecha vinculación la villa con sus montes tan cercanos.

Tras admirar las vistas emprendemos la marcha hacia la parte superior del área, donde tomamos una pista hacia la derecha, mientras por la izquierda queda el alto de Pikotamendi y la casa de piedra visible desde gran parte de la ciudad. Seguimos en ligero descenso para encontrarnos con un cruce junto a una caseta vallada, en el camino del Molino de Viento (Aixerrotabidea). Continuamos recto para remontar unos metros y, tras pasar una puerta, acceder al asfalto, junto a las últimas casas de Vía Vieja de Lezama.

Bifurcación con señal
Aquí (VIA VIEJA) tenemos que girar inmediatamente a la izquierda, tomando el sendero pedregoso que asciende. Tras un trecho de subida moderada cruzamos una carretera, con una puerta a cada lado, para tomar el camino que recorre la ladera. Enseguida llegamos a una bifurcación, con el camino de la derecha apuntando claramente hacia abajo y, siguiendo la flecha en dirección a Artxanda, giramos a la izquierda para continuar la subida.

 Ya se intuye la muy cercana carretera que discurre por el cordal, y podríamos continuar subiendo para desembocar directamente en ella. Pero preferimos apurar un poco más por el verde, por lo que tomamos por la derecha (DESVIO-3) un senderillo que nos conduce al asfalto junto a un espacio donde aparcan los autobuses de turistas.

VARIANTE: Ya que estamos, podemos acercarnos a conocer la pequeña ermita de Lourdes que tenemos a la vista, siguiendo la carretera unos metros más adelante. Es un rincón muy poco conocido que tiene un aire especial, completamente ajeno a la multitud de cosas llamativas que nos rodean.

Carretera y rampa de cemento
No nos queda más que cruzar la carretera y dirigirnos junto al trazado del funi, donde encontraremos (PATINAJE) un camino de cemento que asciende junto a la muy remodelada pista de patinaje, que luce una gran cubierta de madera que ya nos hubiera gustado tener hace algunos lustros. Y sin más, aparecemos en la misma plazoleta del funicular, donde ponemos punto final a la ruta.

Plaza del funicular

Si queremos, claro está, porque las alternativas son innumerables, como se puede ver en los enlaces que ponemos arriba: el vetusto parque con vistas sobre el botxo (por si hasta ahora hemos tenido pocas), ver algún partido en el venerable campo de fútbol, juegos infantiles, el acogedor txakolí Ballano, un chapuzón en la piscina del poli, o simplemente un paseo, son algunas opciones; por no citar el resto de la oferta gastronómica o de poteo, que luego nos critican.

Antiguo casino
Por cierto, por si alguien no lo sabía, Artxanda se ha visto colonizado por la ciudad desde épocas bastante remotas. De hecho, este pedazo de Casino, que debía estar por la actual zona de los restaurantes y no sabríamos decir de qué año databa, fue destruido en la Guerra civil.

Otras informaciones curiosas, con datos exhaustivos del funi y muy bonitas fotos, se pueden encontrar en esta página:
 http://www.trenak.com/recorridos/Bilbao_1_01.htm. Para que se vea que lo curramos.

Y de regalo, dejamos esta foto, con alguno de los iconos modernos de la ciudad, la ría y el soberbio Eretza de fondo.

jueves, 12 de julio de 2012

Munarrikolanda

La pequeña sierra de Munarrikolanda se extiende en dirección sureste, marcando la divisoria entre los municipios de Sopelana y Berango, con sucesivos altos casi imposibles de distinguir. Algunas zonas se encuentran degradadas por las explotaciones forestales y nos vemos rodeados por un entorno muy humanizado; pero también se nos ofrecen algunas vistas interesantes, y la presencia de yacimientos prehistóricos es un atractivo adicional.

El paseo es sumamente cómodo y para todos los públicos, ideal para cuando no nos apetecen grandes aventuras o cuando queremos alejarnos de las rutas montañeras más habituales.  


DISTANCIA: 6,9 kms 
            DESNIVEL: 235 m. (20-257)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-2-0) 
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Polideportivo Urko (Sopelana)
VIAS: Senderos de tierra y pista de cemento
ACCESOS: Metro Bilbao dirección Plentzia estación Larrabasterra.
           En coche, de Bilbao a Larrabasterra por la BI-637 dirección Plentzia. Después de pasar Berango, en la rotonda se sigue la dirección a las playas y después Sopelana Sur (derecha), se pasa el puente y tras una pequeña bajada se llega al polideportivo de Urko (derecha)            
ENLACES CON: Algorta-Larrabasterra
Más información:
Sobre los dólmenes:
Guía cartográfica de Bizkaia Mapa 8





Cosa curiosa, buena parte de los veranos de la infancia merodeando por Larrabasterra y alrededores, y sin conocer ni de oídas los parajes que vamos a visitar. Estos montecillos, que mueren precisamente a las puertas del entonces recogido y apacible barrio sopeltarra no eran más que una parte del paisaje, sin nombre, que nos resultaba lejano y falto de interés, frente al atractivo de las peñas de Urduliz, la recogida de moras por los caminejos rurales de Landaluze y Talaganeta y, por supuesto, las playas –y siempre siempre, mejor Arrietara.

Inicio en el polideportivo
Desde la estación de Larrabasterra sólo tenemos que retroceder unas decenas de metros, bien entre casas, bien por la carretera, hacia la visible colina, a cuyo pie encontraremos el polideportivo de Urko. En su amplio aparcamiento podremos estacionar si hemos venido en coche. Aquí mismo nos encontramos una señal que nos guía hacia nuestro objetivo (Munarrikolanda ibilbidea), conduciendonos hacia los pabellones deportivos a través de un puentecillo sobre el arroyo Zaituerreka (o tal vez Torreko, no lo tenemos muy claro).

Vamos recorriendo el frente de las instalaciones junto a una agradable chopera, hasta el último pabellón, de color rojizo, que deberemos rodear hasta su parte posterior. Aquí encontramos otra señal (CRUCE-1), en la que tomamos el camino de la derecha, siguiendo un estrecho senderito que durante unos metros circula por la parte posterior del recinto deportivo. 
Desvío hacia la ikurriña

En pocos minutos, siguiendo un camino cambiante, a veces más estrecho y otras más ancho, con algún sube-baja, pasamos entre los helechales junto a un mugarri y una vaguada por la derecha, y nos vamos adentrando en la más arbolada ladera del monte Urko, última estribación de la sierra, donde creo recordar que quedan algunas encinas, aunque predomina el eucalipto.

VARIANTE: En pleno bosque encontramos una nueva señal que nos indica hacia la derecha el camino a la ikurriña (que no estamos seguros de que siga allí) que se asoma hacia el oeste, con una bonita panorámica de la zona. En unos diez minutos podemos hacer ida y vuelta para tomar de nuevo nuestra ruta.

Infernueta
Emprendemos un descenso corto pero relativamente pronunciado para salir a zona despejada, con vistas a una misteriosa fábrica situada en una hondonada, donde topamos con una pista de cemento (CRUCE-2), que debemos tomar en subida hacia la izquierda. Vamos recuperando algo de altura hasta que el camino finaliza junto a una granja, convirtiendose en un sendero rocoso. De nuevo volvemos a camino de tierra pobre, característico de las zonas de eucaliptos, por donde terminamos de ladear el Urko, para salir a campo abierto. Estamos en el cruce denominado INFERNUETA, con firme arenoso, un interesante panel informativo sobre la vegetación autóctona, y algunas placas que identifican ejemplares de árboles.

Seguimos de frente flanqueados por alambradas, pasando otro cruce sin perder el rumbo, en dirección al siguiente alto. En esta zona, no obstante la escasa altitud, tendremos las mejoras vistas sobre Getxo, el Abra y la costa occidental y, hacia el interior, los montes de Barakaldo y Galdames, junto al airoso perfil del Eretza.

Getxo y el Serantes

Saierri
Continuamos siempre en dirección SSE, pasando otro cruce con marcas rojiblancas del GR y, tras pasar un pequeño robledal y tener una fugaz vista sobre el norte, volvemos a los eucaliptos, para ascender a SAIERRI (196 m.), también llamado Basartemendi. Aquí podemos observar a la derecha del camino una estela de 1.984 dedicada imaginamos que a algún montañero, sobre un pedestal que quizás haga también las veces de mojón. El rincón es verdaderamente encantador, justo al lado de un hermoso acebo.

Túmulo de Saiherri

Seguimos ahora en ligero descenso hacia las proximidades de varias explotaciones agrícolas, donde nos vamos a encontrar con el primer monumento funerario prehistórico, el dolmen o túmulo de Saiherri, en una campita a la izquierda del sendero, con un hito y placa del Gobierno vasco. De no ser que uno sea experto en el tema, nadie podrá negar que la imagen que se tiene de un dolmen no es otra que una piedra horizontal de grandes dimensiones que se apoya sobre otras varias verticales. Pues bien, aquí no veremos nada de esto, como tampoco en otros varios lugares donde encontramos objetos similares (Eskatxabel, Larreder); lo que tenemos a la vista es una verde campa en la que, observando con atención, se distingue un ligero abombamiento del terreno. Sólo eso.

La explicación es tan sencilla como esto que hemos encontrado:


Nuestro dolmen de dibujos animados se encuentra realmente sepultado bajo piedras y tierra, formando un túmulo subterráneo del que sólo se aprecia su ligerísimo perfil exterior. Bueno, eso siempre que los entendidos nos nos hayan tomado el pelo y ahí debajo no haya en realidad nada, claro.

Bueno, y hecho el excursus cultural, seguimos.

Peñas de Urduliz, y Jata
Tras una pequeña subida, salimos de nuevo del arbolado, para circular rodeados de argomas y maleza de buena envergadura. Las vistas las tenemos ahora hacia el norte, con las peñas de Urduliz en primer plano y Jata a su espalda, y un poco más hacia la izquierda Sopelana y el mar.

Nos internamos de nuevo en el bosque y enseguida encontramos por la derecha el segundo dolmen (Saiherri Muinoa). Estamos ya acometiendo el último tramo de subida, siempre muy suave, y el sendero, grisáceo y arenoso, se irá viendo con frecuencia encharcado e irregular. Pronto tenemos por la izquierda el siguiente monumento funerario (Saierrikolanda II) y también empezarán a multiplicarse los cruces y desvíos, porque aquí se concentra la mayor actividad maderera. Pero basta con seguir siempre el sendero principal sin perder la orientación que llevamos, para no tener problema alguno.

Munarrikolanda I
Únicamente encontraremos una BIFURCACION que nos puede hacer dudar, aunque los dos caminos volverán a reunirse más adelante. Si elegimos el de la izquierda nos encontraremos en un claro por la izquierda un nuevo dolmen (Munarrikolanda I). A partir de ahora sí que habrá que estar un poco atentos. Si observamos alrededor, resulta evidente que nos estamos aproximando al punto más alto, y el camino es prácticamente horizontal. En pocos minutos veremos un amplio sendero de tierra que sale por la izquierda en subida, con una marca en aspa que indica que el GR no continúa por ahí. Hay que tomar precisamente ese camino para ascender durante unos 10 metros y tomar entonces por la derecha una senda casi invisible señalada con un cairn (si es que aún continúa ahí), que discurre entre la maleza.

En la cima
Unos pocos metros de relativo zarzing nos colocan ya a la vista un bunker del Cinturón de hierro, tras el cual descubrimos la cima (MUNARRIKOLANDA, 257 m.), con vértice geodésico, dos buzones y una especie de estela de piedra. Aunque las vistas son parciales por el arbolado, contemplamos hacia el este Unbe y Anboto muy a lo lejos; girando de sur a oeste, desde el Ganeko hasta la totalidad de los montes más próximos de la margen izquierda, con Barakaldo en primer término y sierra Salbada al fondo.

VARIANTE: Aunque la opción que planteamos aquí es el retorno por el mismo camino, podríamos continuar la ruta en la misma dirección que traemos, descendiendo suavemente, siempre en línea prácticamente recta. Saldremos así a Pozozabale (límite entre Urduliz y Erandio), en un cruce de la carretera de Unbe donde, que sepamos, no hay transporte público.

El retorno lo hacemos por el camino de ida, aunque podemos variar un poco la ruta. En la bifurcación que hemos dejado al subir, y que nos encontraremos en pocos minutos, podemos volver ahora por el sendero de la izquierda; no veremos el túmulo anterior, pero este tramo resulta divertido porque el camino se presenta descarnado y con profundos surcos que hay que ir sorteando. También es cierto que con suelo mojado este tramo puede no ser muy aconsejable si lo que queremos es evitar un mamporro. Como hemos dicho, los dos brazos vuelven a reunirse más adelante, con lo que no perderemos la ruta en ningún momento.

Sopelana y el mar
Siguiendo de vuelta, una vez que bajamos de Sahierri, en el segundo de los cruces antes de Infernueta (donde hay una rampita de madera como para bicis), podemos desviarnos por la derecha, por un sendero en bajada con bastante pendiente hasta llegar a una torreta eléctrica verde. Tras ella se observa una pista de cemento (CRUCE-3) a la que hay que acceder, para seguirla hacia la izquierda junto a una verja metálica. Por ella salimos tras unos minutos de suave descenso al cruce señalizado del GR, tras el pabellón que vimos al principio, con lo que estamos sin más de vuelta en el polideportivo.

Y como uno se siente todavía un poco de Larraba, no dejo pasar la ocasión sin dedicar un cariñoso recuerdo a aquéllos con quienes compartí tantos buenos ratos en tiempos (ups!) ya un tanto remotos. El pueblo se nos ha hecho grande y moderno, los campos de tomateras, que entonces nos parecían enormes, han sido sustituidos por urbanizaciones, los caminillos, engullidos por parques y carreteras y ya no huele a cerdo cuando sopla el viento sur. Pero amigo, las viejas imágenes y sensaciones sobreviven con todo.

domingo, 1 de julio de 2012

Montaño

La elegante silueta del Montaño se levanta solitaria entre dos mundos contrapuestos: de un lado, los barrios interiores de Zierbena, de marcado carácter rural; y por el otro, las descomunales instalaciones industriales de Petronor y la A8, que lo limita por su parte oriental. Para completar el variado panorama, también se asoma al mar por la muy cercana playa de La Arena.

Aunque sus limitados 319 m. lo convierten en uno de los montes más pequeños de Bizkaia, su cota es prácticamente neta sobre el nivel del mar. La excursión que proponemos parte del pequeño núcleo de Kardeo para completar un recorrido fácil y entretenido por la cima y los alrededores.


DISTANCIA: 7,3 kms 
            DESNIVEL: 300 m. (20-319)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5 (2-2-1)  Rampas del 30%
ITINERARIO: circular  Inicio y final: Kardeo (Zierbena)
VIAS: Pista de cemento, bidegorri, senderos de tierra   
ACCESOS: De Bilbao a Kardeo por la A8 dirección Santander, salida Zierbena-Gallarta. Se sigue un tramo por la N-639 y se gira a la derecha por la BI-3794. Junto al cruce de La Cuesta, se gira a la izquierda dirección Kardeo. Se baja hasta el barrio y se hace media circunvalación, hasta la fuente. Bizkaibus más próximos: A3321 Portugalete-La Arena parada La Cuesta, A3335 Sestao-Muskiz parada Kardeo.
ENLACES CON  Punta Lucero
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia Mapa 14



Una vez que abandonamos la carretera general en el desvío hacia Kardeo, descendemos hasta las casas y por el asfalto circunvalamos el barrio hasta llegar a un pequeño espacio donde se puede aparcar, junto a un caserío muy antiguo y una fuente. Aquí mismo arranca un camino de cemento por el que vamos a iniciar la ruta.

VARIANTE: Otro acceso clásico parte de la playa de La Arena para continuar por el bidegorri, que en unos 2,5 kms. nos sitúa en el punto que más adelante indicaremos.

Cruce con el bidegorri
Avanzamos casi siempre bajo arbolado, sobre terreno prácticamente llano entre huertas y chabolas, para cruzar poco más adelante el arroyo que da nombre al barrio y que, según dicen, siempre lleva agua. Tras un pequeño repecho, salimos a zona abierta, donde el camino atraviesa el bidegorri, que describe una curva cerrada. Tomamos ahora la vía ciclable hacia la derecha (BIDEGORRI), donde pronto distinguiremos las flechas amarillas del Camino de Santiago. La siguiente curva podemos cortarla atravesando una agradable zona verde con bancos, y continuamos un trecho en dirección norte. A nuestra derecha queda el barrio del que procedemos y algo más lejano un pequeño cerro, que en algunos sitios se llama La Quemada y en otros Cerrada de Ranes o algo así. Sobre el valle está La Cuesta, y se entrevé Punta Lucero y parte del cordal del Serantes.

Hay que estar atentos para no pasarnos el cruce que debemos tomar hacia la izquierda (DESVIO-1), con algunas marcas de marchas montañeras, tan habituales en la zona. Hasta este punto llegaríamos por el bidegorri si venimos de La Arena. Aquí tomamos otro camino cementado en ligera subida, que seguiremos durante unas decenas de metros, hasta encontrar una cruz de señales (DESVIO-2), donde giraremos a la derecha, para tomar un sendero de tierra por donde iremos ladeando el monte siempre en dirección noroeste.

Punta Lucero desde el camino
Sin apenas ganar altura, vamos pasando varias curvas, teniendo a la derecha sucesivos prados con animales, y los paisajes antes descritos, que ahora vemos con una perspectiva algo más amplia. Es este un tramo largo (como de 1 km.) que se hace algo aburrido, al final del cual empiezan a abundar pinos y eucaliptos –justo las dos especies que se suponen más dañinas para la tierra. Finalmente, llegamos a una bira, con vistas parciales hacia La Arena, medio tapadas por el cercano peñón llamado de Oceja o de Montaño, según las fuentes. Pasada la curva, surge un camino pedregoso que sale por la derecha, pero lo desechamos y seguimos de frente.

Circulamos ahora en dirección contraria al tramo anterior y con una longitud sólo un poco menor, sin apenas desnivel y acompañados de algo más de sombra, con alguna vista interesante del vecino Serantes en un poderoso chaflán. Estos caminos suelen verse frecuentados por paseantes a caballo, y no dejamos pasar la ocasión para comentar lo poco simpáticos que son siempre los jinetes, por algún motivo misterioso. Prácticamente llegamos de nuevo a la altura de Kardeo, aunque ahora con vistas a Bilbao y la autopista bastante próxima.

Desvío hacia la cima
El camino, ahora a cielo abierto, describe un par de curvas, siguiendo las cuales encontramos una desviación (DESVIO-3), con otra flecha y una plaquita roja que señala hacia Montaño. Tomamos por tanto este nuevo sendero hacia la derecha, y emprendemos un nuevo tramo casi recto, otra vez en dirección noroeste (La Arena). Salvo que uno sea muy tranquilo o le guste simplemente pasear, es posible que este amplísimo zig-zag de subida, que en el mapa se ve muy claro, acabe resultando un poco pesado; pero enseguida viene lo divertido.

Fin del camino
En este última parte de la ascensión, algo más corta que las anteriores, hemos ganado algo más de altura, y llegamos finalmente a un cul-de-sac, una especie de pequeña explanada de tierra con buenas vistas hacia el peñón, La Arena y la marisma del Barbadun, y parte de la costa de Castro. Aunque hay otro cartel señalando la dirección hacia la cima, no habría ninguna duda al respecto: sólo hay un pequeño pero visible senderito que sale por nuestra izquierda en claro ascenso.

Desde el sendero
La subida presenta una pendiente importante, aunque corta. La sendita trepa por la arista entre piedras y algunos arbolitos, con vistas al valle de Muskiz y Petronor omnipresente. Aunque el repecho es durillo, tampoco presenta especial dificultad, aunque hay que hacer una puntualización: si ha llovido en los días anteriores, tendremos que transitar por un barro enormemente resbaladizo que se quedará pegado a nuestras botas en cuestión de segundos, dando la sensación de que marchamos con los zapatos de Mazinger-Z. Teniendo en cuenta el desnivel, podemos asegurar que en estas circunstancias la experiencia resulta bastante ¿tormentosa? ¿divertida? ¿extravagante? Pues un poco de todo ello.

La cima, con Castro al fondo
Llegamos así al cordal cimero, con la gran ikurriña en el alto, y unos metros más adelante, ya en la cumbre (MONTAÑO, 319 m.), encontramos un lauburu colocado recientemente, creo que en 2007. Tratandose de una cima exenta, pese a su escasa altitud tenemos fantásticas vistas en todas direcciones: bajo nuestro pies –con algunos peñascos sobresalientes y una fortísima pendiente- el valle, mayoritariamente ocupado por Petronor, con Muskiz detrás y Mello al fondo. Más a la izquierda, los montes de Triano, y hacia el sur, la autopista y a lo lejos Bilbao, con la torre de Iberdrola destacando en el skyline. Siguiendo en sentido antihorario, la parte alta de Portu y el cordal del Serantes, La Cuesta y el valle de Kardeo, Punta Lucero y una vista parcial (obstaculizada por el peñón) pero muy bonita sobre Castro.

La refinería y Mello










Los mendas de Biendealtura tienen en su blog este video, con rápido barrido de vistas desde la cumbre, que sin más miramientos pirateamos a continuación:


Algún día nos animaremos a acarrear con el video y colgaremos imágenes propias para general admiración de nuestros espectadores. Algún día será...

Iniciamos el descenso por otro sendero, similar al de subida pero más suave, que discurre en la dirección contraria (sureste). De nuevo podremos toparnos con el barro, aunque normalmente en esta vertiente suele encontrarse más seco. Nos dirigimos ahora hacia una zona de pastos a la espalda de la peña San Andrés, que veremos después.

Arbol junto al camino
El sendero se interrumpe de pronto en una zona donde aflora la roca, y tenemos que seguir campo a través hacia un vallado, que atravesamos junto a una bañera-abrevadero y un gran árbol solitario, donde nos encontramos con varias posibilidades.

Junto al árbol nos encontramos primero un estrecho sendero que sigue por la derecha, cuyo trazado limpio y muy marcado nos indica sin posibilidad de error que es camino de vacas. Podemos continuar por él o seguir unos metros más adelante, para salir a una pista que, siguiendo por la derecha, nos lleva en paralelo al sendero anterior, siempre en dirección sur. Se puede elegir, pista o sendero, aunque servidor se apunta más bien al caminillo por el verde.

Peña San Andrés
Por cualquiera de las dos alternativas iremos faldeando, prácticamente en llano y describiendo una amplia curva. En unos minutos nos situamos bajo la citada peña San Andrés, un airoso promontorio rocoso que de esta forma nos resultará familiar la próxima vez que vayamos por la autopista en dirección Santander. Poco más adelante, encontramos una torre eléctrica (TORRE), punto donde, en caso de venir por el sendero, deberemos acceder a la pista anterior. Podemos hacerlo bien atravesando una alambrada, con cuidado porque no tiene puerta, bien continuando unos metros más adelante, hasta donde confluyen los dos caminos.

Tenemos que avanzar unos instantes por la pista para salir a otro camino, encima mismo de la A8, en el que giraremos a la izquierda. Seguimos así unos 20 metros en paralelo a la autopista y dejando un puente por la derecha, para torcer de nuevo a la izquierda y abandonar este tramo, un tanto ingrato.

VARIANTE: Si en vez de tomar el camino indicado por la izquierda continuamos unos 500 metros junto a la autopista, junto a un par de casetas giramos a la izquierda y tomamos un camino casi recto que en unos minutos nos conduce directamente al cruce del BIDEGORRI del principio, cerca de Kardeo. 

Camino de vuelta
Ahora seguimos un corto tramo alejandonos del estruendo de los coches, en parte bajo arbolado, para llegar al cruce señalizado (DESVIO-2) donde empezamos la ascensión propiamente dicha. Ya no nos queda más que bajar hacia el bidegorri (DESVIO-1), por donde podemos deshacer el camino de ida para volver a nuestro punto de partida en Kardeo. Sin embargo, también es posible seguir un camino alternativo: en el cruce con el bidegorri, en vez de volver por donde hemos venido (derecha), seguimos de frente para coger un caminillo que va rodeando el barrio entre casetas y algunas huertas. Cruzamos el arroyo y nos dirigimos por la derecha en ligera subida hacia la carretera por la que llegamos. Siguiendola unos pocos metros, nos encontraremos en nuesto punto de inicio.

Vale, está claro que la envergadura de nuestro montecito da para cachondeos como el del colega Kiko, que dice que subió sin oxígeno (página citada arriba); pero nadie podrá decir que no es una excursión entretenida, con estupendos paisajes (refinería y autopista aparte), recorrido fácil y tranquilo, y senderitos divertidos.