miércoles, 27 de julio de 2011

Embalse de Gorostiza

Encajonado entre las cordilleras de Sasiburu y Argalario, el castizo barrio baracaldés de El Regato se sitúa en un profundo y estrecho valle en torno al río Castaños. A lo largo del curso fluvial, el Castaños va recogiendo el caudal de numerosos arroyos que descienden por ambas vertientes, embalsando primero en la vieja presa de Etxebarria o Urdandegieta y, aguas abajo del Regato, en el más extenso de Gorostiza.

En esta ocasión realizaremos un tranquilo paseo por la ribera de este último pantano, últimamente conocido por las voces de alarma sobre la conservación del pez espinoso y, sobre todo, por el tendido de un viaducto de la Supersur. Un camino acondicionado nos permite recorrer su orilla sur, conociendo este recóndito paraje, cada vez menos ajeno al estrépito del muy cercano núcleo urbano.

DISTANCIA: 5,1 kms
            DESNIVEL: 0 m. 
DIFICULTAD: Ninguna 1 (1-0-0)
            ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: El Regato (Barakaldo)
            VIAS: Pista asfaltada
ACCESOS: Bizkaibus A-3139 desde Barakaldo (estación RENFE Desertu-Barakaldo)
En coche, desde Bilbao, por la A-8 dirección Santander, salida Cruces. En dirección al hospital, se pasa bajo la plaza de Cruces y se atraviese el puente, girando a la derecha. Se cruza el barrio hasta llegar a la N-624, que se sigue hasta Retuerto. En la rotonda, se toma la BI-4743, continuando recto hasta la plaza de El Regato.
            Más información:         
            Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 23-24
                         



Iglesia de San Roque y puente
Junto a la iglesia de San Roque en El Regato (que recientemente ha recibido la denominación en euskera de Errekatxo, frente a otras opciones) hay un amplio aparcamiento, lindante con la cola del pantano, y unos juegos infantiles. En la trasera de la iglesia debemos cruzar un pequeño puente que nos conduce a la orilla de enfrente, donde hay también un frontón, debiendo tomar entonces el camino hacia la izquierda. La pista es algo parecido a un bidegorri, completamente plana, que bordea el pantano de Gorostiza por la orilla sur, al lado contrario de la carretera.

            El embalse fue construido por AHV en los años 40 para atender a las necesidades de la potente industria siderúrgica, sustituyendo o complementando el servicio que daba el llamado Pantano Viejo de Etxebarria, más pequeño y situado aguas arriba del río Castaños, también propiedad de dicha empresa. El embalse que ahora recorreremos aportaba mayores cantidades de agua, al estar situado como 1 km. más abajo, recogiendo por tanto el caudal de más arroyos, entre ellos el de Oiola, también represado cerca de los montes de Triano.

Cima del Argalario sobre el embalse
Salvo en época de lluvias persistentes, la parte más alta del pantano se suele encontrar casi seca, y hay que recorrer unos cuantos metros para empezar a vislumbrar la lámina de agua propiamente dicha. La pista, siempre rodeada de arbolado, va describiendo suaves curvas, teniendo a nuestra izquierda las estribaciones del Argalario, y en algunos momentos podemos entrever el Eretza y parte de los montes de Triano. A nuestra derecha se elevan las laderas de la cordillera de Sasiburu, que rezuman humedad, y el camino es sombrío y fresco, ideal para otoño o primavera. Hay que observar que durante este primer tramo las aguas son más bien escasas y turbias, por lo que se asemeja poco a la imagen idílica de un paseo al borde de un lago.

Iturrieta
Avanzamos siempre en dirección noreste, y en unos minutos encontramos la pequeña cascadita de la fuente de Iturrieta. Los meandros se van sucediendo, y en el fondo de las curvas podemos ver algunas instalaciones de bombeo. Unas marcas en el suelo nos van indicando el trayecto recorrido, señalado cada 500 metros, y en el agua hay señales de prohibición de actividades acuáticas. En la orilla opuesta se observan los caseríos diseminados por las laderas, así como un conocido colegio, siempre al abrigo del Argalario.

Playa
A la salida de uno de los rincones más profundos salimos a la parte más soleada del camino. Aquí el pantano tiene más entidad, y el límite de la pista, hasta ahora siempre abrupto, presenta un desnivel suave, formando algo parecido a una playita de piedras y tierra. Continuamos bordeando una especie de pequeña península y volvemos hacia el interior.

Traspasados los 2.000 metros de ruta, vemos otro pequeño regato y algo más adelante, nos encontramos casi de improviso con la Supersur, con el flamante y discutido puente que une las dos orillas. El camino se interna de nuevo en la ladera, y atravesamos un puente de madera que ataja una curva más profunda, con un sendero en desuso.

Viaducto

Poco más adelante, estamos ya muy cerca de la presa, y el camino muestra el único desnivel apreciable, una rampita empinada en lo alto de la cual, ya al lado de la cabecera del embalse, damos por terminada la excursión.

Recodo del camino
        Hasta tiempo reciente la posibilidad de volver por otro camino que no fuese el de ida estaba limitada por la peligrosidad de la carretera que recorre la ribera contraria, estrecha y sin arcén. Pero afortunadamente ahora contamos con una opción diferente que no deja de tener su atractivo. La vemos a continuación.

            Regreso por la vertiente norte

Si hemos decidido no volver por el mismo camino, continuamos el paseo dejando por la izquierda el muro del embalse y descendiendo de nuevo para pasar otra curva. Enseguida vamos a dar bajo una gran tubería de aguas, donde finaliza el trazado que hemos venido siguiendo.

Tomamos entonces un camino asfaltado que se va aproximando poco a poco a la carretera hasta reunirse con ella junto a una parada de autobús. Giramos entonces a la izquierda para tomar esta vía de regreso hacia El Regato. Tras pasar junto a un severo caserío accedemos al paseo nuevo, un camino solado en madera que resuelve el problema de la falta de anchura de la vieja carretera de la única forma posible: volando un par de metros hacia el pantano.

El itinerario es sumamente cómodo, llano o casi, y al situarse a una cota unos cuantos metros por encima del que recorrimos por la otra orilla, tiene la virtud de ofrecernos una perspectiva más amplia. Vemos el embalse desde un tiro mucho más amplio, y sobre la ribera contraria se observa la apabullante vegetación que asciende por la ladera del Arroletza.

De esta forma completamos la circunvalación del viejo embalse de Gorostiza para regresar a nuestro punto de partida en El Regato.

Nada más apropiado que concluir la excursión en este simpático barrio, famoso por su ambiente e inmejorables oportunidades para un estupendo aperitivo o una jamada en condiciones.


2 comentarios:

  1. Se puede tener dudas entre si es un pantano o un embalse, de hecho la RAE equipara ambos términos.
    Popularmente toda la gente de esa zona (me incluyo), lo hemos llamado siempre Pantano de El Regato.
    Pero lo que no está bien dicho, a mi juicio, es Pantano de Gorostiza.
    El nombre le viene por ser el Valle de El Regato no por el pueblo. Dejando para el Pantano de arriba, o Pantano viejo el de Etxebarria.
    Además, como dice la canción: "De Bengolea pa arriba, todos somos de El Regato..."
    Saludo cordial

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  2. Pues agradezco la precisión, en especial viniendo de un vecino de la zona.

    Saludos, amigo.

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